Hemos pasado veinte años,
“por caminos
nuevos…
pasando por
todo una vez,una vez sólo,
y ligero”,
como dijo la mamá,
en la comida de
despedida
de la casa de
Américo Vespucio 406.
La pena no se
acumula.
La felicidad
no se guarda.
Somos también lo que nos falta.
Soy ciego,
dice Borges,
y por eso me
importan tanto
los colores
que no puedo ver.
Están con
nosotros
porque todavía
nos faltan.
Es
humano reír y llorar.
Con
el tiempo nos podremos reír,
de
lo que hoy día nos hace llorar.
La penas se
pasan con tiempo.
La alegría se
aprende riendo.
Lo malo pasa, lo bueno también.
La juventud pasa, la vejez también
y para siempre...
La juventud pasa, la vejez también
y para siempre...
A vivir se
aprende viviendo.
“La cosa mas
real y bella es vivir.
Y no olvidar
que es nuestra tarea.
Estemos donde
estemos, hemos de vivir
como si nunca
hubiésemos de morir”,
dice el poeta
turco Nazim Himket.
Si es verdad
lo que creemos,
todo el que
cree,
aunque muera vivirá.
aunque muera vivirá.
Nadie que
cree
muere en realidad.
muere en realidad.
Como dijo muy bien
si están en
el Cielo,
están riéndose
de las cosas
que las
ocupaban tanto.
Es necesario
el rigor.
Pero no es
suficiente.
Sólo la
esperanza basta,
para fracasar
contentos.
Es
mejor ver cien pájaros volando,
que tener uno en la mano.
que tener uno en la mano.
Manos y anillos de mi bisabuela Bernarda
La felicidad está en nuestras manos.
La felicidad está en nuestras manos.
Sin cambiar el mundo
como ellas
querían,
podemos
cambiar
lo que hacemos de él,
lo que hacemos de él,
mientras
tanto.
Creer,
es querer creer, dicen.
Quiero
creer, y creo
que para lo que nos falta
como dice Santa Teresa,
“Solo
Dios Basta”.
Germán
del Sol Guzmán
2 de Octubre de 2013
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