lunes, 3 de octubre de 2011

To Continue Being Humans.


I think that human survival is not at risk,
as many environmentalists say.

What is really at risk now,
is for us to continue being humans.

That is to say, to keep doing some things,
just for the pleasure of doing them.
To keep being the artists humans have to be
in order to live a fruitful life,
and spect more than only to survive.

Art happens if much more is done,
than what seems necessary.
And if nothing is asked in return.

Art is a gift that makes present to every one,
its own splendor.

Art is about doing a seemingly useless effort.
Doing things for free,
is the most proper
of the human conditions.

In spite all my enthusiasm for your invitation
to promote in our remote cultures
the pleasure to transcend the everyday task of survival,
and make art happen,
I am trapped by it.

I know the music but don’t know the words.
I do not know how to free myself from it,
and have two or three weeks free
to join you and your wonderful company
in New Zealand, the first week of March, 2012.

Best regards,

Germán

viernes, 30 de septiembre de 2011

Una Sociedad No Es Lo Que Da, Sino Lo Que Exige a Su Gente.

Una sociedad no se mide tanto por lo que da a su gente
como parecemos pensar ahora, sino por lo que le exige.
Cultura es cultivar el salvaje que somos si no hacemos un esfuerzo 
para que nuestra vida sea fecunda para los demás.
por amor y también por conveniencia.
 






Germán

jueves, 29 de septiembre de 2011

Life.

“…watch stars,
listen to night birds or foxes
hunt in the dark,
stay in respectful silence
or talk over a glass of wine,
after a bath in the hot tub,
opened up to what may come:

 the night,

 the rain,

 the wind,

 still there is life,

 I feel  I have to say to myself”

Crear no es Humano. Descubrir, es Humano.
















Para hacer un proyecto,
creo que hay que dejar de vagar
dejar de preguntarse, y de preguntar,
detenerse cinco horas sin parar
unos diez días seguidos,
superar ideas preconcebidas
y prejuicios arraigados,
ver en lo que parecen problemas
oportunidades encubiertas,
y tratar de alejarse de aquel lugar,
tomar distancia para pensar
en la idea mayor o principal
que sustenta el proyecto
y que responde a la pregunta
"que estoy haciendo"..
estoy haciendo una calle,
una casa o una plaza ?
antes de meterse
a decidir los detalles.

Tal vez la arquitectura sea dar casa, calle y plaza.
Dar lugar a la vida tal como es cuando se la vive poéticamente..
y vivir poéticamente es quizá, -como dice Ernesto Rodriguez-
vivir abiertos a recibir el don que hay en cada día;
es responderle a la vida,
porque el don que se recibe es tal vez,
la mejor pista de lo que pide la vida.

Por eso abrimos el libro de poesía
en cualquier página,
porque tal vez lo poético sea
tener esperanza en que si se busca
sin saber lo que se espera,
siempre se encuentra,
porque como dice Godofredo Iommi
para recibir un regalo,
hay que tener las manos vacías..

Este es el sentido creo,
de las palabras de Picasso,
"Yo no busco, encuentro".

Creo que no debemos tratar de hacer
un proyecto por partes mas o menos bien resueltas,
sino tratar de hacer mas o menos bien un todo...
que es el proyecto;

El génesis,
que es una interpretación humana
y muy elaborada de la Creación,
supone que el mismo Dios
que es omnipotente,
no crea las cosas una por una,
sino que las descubre,
tal vez con la palabra
quita el velo que las oculta,
y de algo que ya existía,
separa poco a poco,
en siete días,
unas cosas de las otras
primero las mayores
luego las menores.

Dios que es perfecto,
parece no temer a equivocarse
y a corregir si es necesario,
lo que ha separado.

Crear, lo que se dice crear, no es humano:
Lo humano es quizás descubrir lo creado,
y descubrir es tal vez errar,
es decir,
vagar mas allá de lo conocido equivocándose,
porque el hallazgo que puede parecer estéril,
ayuda a descubrir lo que es fecundo:
un descubrimiento exitoso
esta formado de un 99% de fracasos.


Germán del Sol
18 julio 2003

Haiku

Uno ama
otro nada,
Uno es
otro hace,
Uno suda
la gota gorda
otro suda
la gota ajena,

Uno en color
otro blanco,
Uno impuro,
otro no,
Uno pasa,
pasa otro,
Uno mira a otro,
otro a sí mismo.

Uno relativo
duda,
otro está cierto:
No acierta,
ni el seguro
ni el dudoso,
solo ama
quien se pierde
y no sabe
donde está
ni donde estuvo.

un abrazo,

Germán

2-11-10

Palabras Para Inagurar de La Bienal de Arquitectura 2010













Queridos amigos,

Sé que es más fácil hablar que escuchar,
y sobre todo compartir algunas ideas.
Les agradezco su paciencia,
y a los organizadores de la Bienal,
Guillermo Hevia, Mathías Klotz, y Ricardo Abuabuad,
por regalarnos un buen trabajo,
y por darme el privilegio de hablarles.

La Bienal es exponer lo que hacemos gratuitamente,
es decir, sin miedo ni premios.

Porque, como dice el poeta argentino Hugo Mujica,
lo que se nos juega ahora no es la supervivencia,
sino el seguir siendo humanos.
Por eso, la gratuidad del arte es más necesaria que nunca.
Hay que seguir haciendo cosas,
por el puro gusto de hacerlas.

Cuenta Herman Hess que un día que no tenía nada que hacer,
se encontró con el cura del pueblo
y lo acompañó a enterrar a una persona que no conocía.
Eso es vivir poéticamente, como bien dice Ernesto Rodríguez.
Es decir, vivir abiertos a recibir el bien de cada día.

El maravilloso cuento “Terremoto en Quechereguas”,
publicado por Arturo Fontaine en La Tercera en abril,
anima a pensar, que aunque no podemos cambiar la realidad,
podemos cambiar lo que hacemos con ella.

Tradición no es usar el sombrero viejo del abuelo,
sino comprarse uno nuevo como hacía él.
No es comer en una mesa antigua, sino comer en la mesa.

No podemos reconstruir los pueblos y ciudades tradicionales de adobe
sin caer en un decorado de teleserie,
pero podemos proyectar y construir pueblos y ciudades nuevas
con el mismo cuidado de antes.














Los antiguos hacían iglesias nuevas,
le dijo un parroquiano a David Gallagher
que escribe mucho sobre innovación,
pero paró la construcción de la Iglesia nueva de Chépica
porque quieren reconstruir la iglesia de adobe que se cayó.























Tal vez, no debiéramos asociar el patrimonio de Chile
con sus pueblos tradicionales de adobe
que finalmente se caen con los terremotos,
sino con el espíritu fervoroso de la gente,
que mantiene la tradición en sus trabajos.

Chile tiene que cuidar que entre tanta obra nueva
hecha con apuro, descuido, e indiferencia,
no se pierdan esos cuidados que son su verdadero Patrimonio.

Para sobrellevar bien el dolor y la destrucción,
hoy más que nunca necesitamos de utopías.
Soñar despiertos con algo que valga la pena,
hacer lo que nos de la gana,
y dejarnos llevar por el arte.

Con el tiempo el arte se convierte en realidad.
Pero es el arte el que la inventa.

En el otoño del Patriarca de García Márquez,
el dictador quiere canonizar a su madre.
Llama al Obispo, el que se niega haciéndole ver
que su madre no es ninguna santa,
pero el dictador decidido le contesta,
"No se preocupe Monseñor, con el tiempo ya lo será."

Si uno observa con interés,
descubre riqueza en todas partes.
El pasado que cuenta está presente todavía.

Pero cada cultura sólo ve del presente lo que cree.
Algunos chilenos celebran doscientos años de historia,
pero el arte Chinchorro que es nuestro tiene nueve mil años,
y está al alcance de todos las personas que lo aprecian.

Nuestras raíces no están en Europa como nos enseñaron,
ni en el aire como dicen otros.
No estamos en la periferia, ni lejos de otra parte.

Un periodista le preguntó a Agatha Christie,
el porqué se construía una casa tan lejos,
“¿de donde?”, le contestó ella.

Nuestra cultura ha sido fecundada por los encuentros.
Entre ellos con Europa,
que les dio a los indígenas aislados en la vastedad del continente
un mundo más amplio y diverso,
y un orden más apropiado para la vida moderna.
Así perdimos la relación con uno de nuestros orígenes.

No se trata de cambiar este olvido por otro.
No estamos separados entre chilenos y pueblos originarios.
Somos una mezcla fecunda de todos.

La celebración del Bicentenario ofende a algunos,
porque desconoce una parte fundamental de nuestra cultura.
















El terremoto de febrero pasado además de vidas,
destruyó la mayoría de los pueblos tradicionales de adobe.
Y el mar recuperó los terrenos más bajos de la costa.

Si los problemas son oportunidades encubiertas, como dice el dicho,
esta es la oportunidad de hacer pueblos nuevos que respondan a la vida actual,
y de fundar en esa parte de la costa vacía de construcciones,
un parque nacional del litoral de casi mil kilómetros de largo.

Estas obras harían de la adversidad una oportunidad de recuperar
el decaído ambiente natural y cultural de esos pueblos,
para bien de todos.

Y digo que es una oportunidad única,
porque los caminos a orillas del mar destruyen la costa.
Y porque esas casas e iglesias de adobe que tanto añoramos,
se caían solas por falta de uso y mantención.

La gente en su desgracia siente que lo importante es estar vivos.
Pero para vivir todos necesitamos una casa
que refleje el esplendor que tiene la vida humana.

Tal vez por eso, no podemos confundir ahora
lo que es urgente con lo que es importante.

Es urgente que todos tengan casas, escuelas, y hospitales.
Pero lo importante es hacer un plan para el territorio
que ayude a darle un destino fecundo a cada una de sus partes.

No podemos trabajar con nostalgia,
ni inventarnos un futuro de la nada.

No soñemos con ciudades perfectas.
Con puros buenos momentos.
Lo bueno y lo malo son partes del mismo cuento.

El mal se supera con bien.
La luz aparece en la oscuridad,
y con sed el sabor del agua fresca.

Hay que soñar una ciudad diversa.
Donde el conjunto sea bueno,
aunque pocas obras se destaquen.

Atenas no está llena de Partenones.
Con uno ya tiene bastante.

En un mundo donde todo tiene precio,
la gratuidad es más necesaria que nunca.
La gratuidad es el origen de la belleza,
que dignifica la vida de la gente.

El afecto se manifiesta en los cuidados
que cada uno presta a los demás,
¿y por qué no?, a sí mismo.

Pensaba esto en una carrera de caballos a la chilena,
mientras la bomba haciendo sonar su sirena
venía a buscar a los bomberos conscientes de esa importancia,
que les da su lugar en el mundo.

Lo mismo da que ese mundo sea grande o pequeño,
todos al fin y al cabo queremos ser queridos en algún lado,
quizá a imagen y semejanza de Dios
al que no se le ocurrió otro lugar mejor para hacerse querer,
que esta bola perdida que es la tierra.

En una celebración del pensamiento intuitivo
acumulado por la experiencia de muchas vidas,
todo resulta bien nadie sabe cómo.

Todo parece fruto del azar y de la suerte. Nada organizado.
Sin embargo la providencia cuida al viejo porfiado, “el pata de lana”,
que se pone en medio de la pista a la llegada de los jinetes,
que corren a pie pelado y con espuelas,
y frenan el caballo entre saltos de matas.

Uno guarda la caja, otro fija las reglas, nadie pelea, todos gritan,
los mas borrachos puras leseras;
todos serios celebrando un antiguo rito muy importante.

El cuidador del caballo desaparece,
y el potro queda solo bajo los árboles.
Para correr el jinete no tiene huasca ni espuelas,
las pide prestadas un poco antes.

El jinete parece contratado,
pero en realidad lo encontraron recién,
esperando afuera de su casa,
como quien espera que alguien lo salve.

Aunque Pessoa dice que no hay nada que encontrar en un viaje,
porque lo que no está dentro de uno no existe,
nuestro interior sólo refleja un punto de vista.
Los demás sólo se descubren saliendo de uno mismo,
por afecto o simple curiosidad hacia el mundo,
que es más ancho y diverso que la imaginación.

Les parecerá exagerado este cuento.
Pero a mirar se aprende, mirando.
Alguien tiene que enseñarnos
el verdadero nombre de las cosas,
que las separa unas de otras
y las saca del montón que es la ignorancia.

Los objetos, costumbres y ritos
de casi todos los pueblos que conozco,
muestran que todos buscan un más allá,
que trascienda el puro sobrevivir.

Tradición no es sólo cuidar los objetos
y los ritos de nuestros pueblos,
sino cuidar de que se hagan ahora
con el mismo el fervor de antes.

Es nuestra tradición negociar y adaptarnos
para sobrevivir a los cambios,
lo que antes llamábamos coraje o aplomo;
o no contentarse nunca con el mínimo,
y buscar siempre algo más
que lo indispensable para sobrevivir,
que revele la dignidad de la existencia.

La tradición nos enseña,
que el arte transforma el barro que recibe en oro que da.

La cultura del sur americano hace soñar por ejemplo
-y aunque uno no llegue nunca a hacerlo-
con tejedores que aciertan el color de la hilada,
con alfareros que celebran cada pieza que hacen;
con hortelanos que se distribuyen sin pelear el agua,
con las manos pacientes de artesanos,
con albañiles de paredes arrugadas
que reciben el polvo como un regalo,
o con constructores de penumbras donde la vista descansa,
entre sombras luminosas y vibrantes;
con poner bancos asoleados en el patio para el frío del invierno,
o construir plazas vacías separadas por muros temblorosos de barro,
del resto de las cosas, naturales e inertes.

Rafael Moneo, uno de los mejores maestros,
dijo una vez que en el arte ya está todo inventado.
Que no hay que buscar la permanente innovación,
sino volver atrás a los orígenes tanto como se pueda,
para hacer las cosas de nuevo un poco mejor.

Y Octavio Paz, "Poco a poco tire por la ventana
la mayoría de mis creencias y dogmas artísticos.
Me di cuenta de que la modernidad no es la novedad
y que para ser realmente moderno, tenía que regresar al comienzo”.

No somos creadores, sino descubridores de riquezas
ocultas u olvidadas en la cultura de cada lugar,
y la relación que establecemos con ellas es el paisaje.

El paisaje es invisible y no está en la naturaleza,
sino en la capacidad que cada uno tiene de apreciar
el misterio que existe y que no se ve,
o el silencio no interrumpido,
o el canto de pájaros al amanecer,
o la frescura de una sombra,
o el eco de los pasos, o la voz,
de las personas que uno quiere...

Para hacer que en medio de la confusión del desarrollo,
aparezca la belleza,
creo que debemos permitirnos ser verdaderos artistas.

La belleza no está en la forma,
sino en el aparente vacío,
que sugiere lo que no vemos ni podemos nombrar:
las cosas queridas u olvidadas,
los sueños posibles e imposibles,
las cosas imaginadas o temidas,
vacío al que miramos con esperanza,
cuando estamos distraídos o apenados.

Una obra de arquitectura que revela
la belleza irrepetible de un lugar,
lo hace valioso para todos,
y lo salva del abandono, la especulación o el mal uso.

La arquitectura no cuesta plata,
aporta belleza que humaniza las cosas,
y despierta en nosotros el más allá invisible
de los sueños y esperanzas.

Para vivir bien se necesitan unas pocas cosas
y mucha gracia para encontrar belleza en el mundo,
y trascender aunque sea modestamente,
la dura tarea de sobrevivir.

La belleza no es decorativa ni glamorosa,
sino una sintonía o complicidad
que muestra el lado bueno de las personas y las cosas.

La belleza es tan necesaria para vivir como el vino y el pan.
Nos enseña a vivir mejor la vida,
y conmueve el corazón del más salvaje.

Porque, como dice Jorge Teillier,
...“No importa que los días felices sean breves...
...pues siempre podremos reunir sus recuerdos,”...

El fervor es la fuerza motora esencial
que no solo necesitan los artistas o artesanos,
para transformar la materia bruta que reciben en belleza que dan,
sino también los ingenieros, obreros o comerciantes,
para hacer que la ciudad sea amistosa
y despierte el afecto de su gente
para que la vea como los neoyorquinos ven a Nueva York:
mucho mejor de lo que es.










Me atrevo a alterar una cita de Aldo Rossi
que me mandó Eduardo Castillo:

....”para alcanzar su grandeza,
una obra olvida la arquitectura,
para ser una experiencia atemporal,
que reúna en el presente,
los mejore sueños y recuerdos”.

He contado estas experiencias
y me pregunto si Uds. sienten lo mismo,
porque yo no estoy muy seguro de nada,
y por eso me juego entre luces y sombras,
pero con esperanza,
y mi mejor momento es el alba,
cuando la vida late esperando la luz,
y esta todo por verse,

Hay un solo tiempo, y es ahora.

Un abrazo,

Germán

Para Vivir, se Vive


















El bote salvavidas James Caird, en que Schakelton
navego a buscar ayuda.

Para Vivir, Se Vive.

Dice Antonio Escohotado,
que lo que nos interesa es vivir bien.
En realidad, lo que nos interesa simplemente
es vivir.

Tal vez la vida humana
solo se vive bien con los demás,
y si se inventa con ellos el mundo.

Quizá, solo se conoce,
aquello que nos ofrece resistencia,
o que nos falta  a veces
como el aire o el agua,
o el agua y la arena,
que se resisten a conservar
la memoria de un molde,
el hormigón que copia al molde
y cuando fragua se resiste a cambiarlo,
la vastedad del cielo o del desierto
que se resisten a ser medidos,
el tiempo que se resiste a ser
sino es inventado en un reloj,
o como un reflejo,
en el polvo de una muralla,
o en las grietas de una casa,
o en la borra de una tinaja.

El silencio que se resiste a ser atrapado.
Se puede oír la música porque las notas
dejan silencios que las separan
y no se tocan.
O el corazón que se resiste
a abandonar una pasión,
o a ser indiferente
ante un verso,
una sonrisa,
una fuga,
o una flor.
O el amor y la inteligencia,
que son la resistencia
de la vida a la indiferencia.

Tal vez solo pasando bastante calor
se conoce el frescor del agua
o de una buena sombra,
pasando hambre y frío,
se conoce el sabor del pan
y la protección de un buen abrigo,
sintiendo soledad,
uno se conoce a si mismo,
y descubre si hay algún amigo.

Cuando Amundsen y sus compañeros
llegan al Polo Sur los primeros,
el les dice, .."no tengo pensamientos
muy profundos que compartir con Uds.,
excepto que ahora siento
lo importante que es estar vivos".

Saludos

German

miércoles, 3 de agosto de 2011

People and Places. And Sorry for My English.

People,Places and Happy Moments.

Albi, Millau, Nimes, Arles,
and lots of towns in southern France.
Its countryside alone but cultivated.
The nut and Oriental plane trees,
aligned along both side of the roads,
one tree every 4 or 5 meters

The Roquefort area
where boxwood is a wild harsh bush.
The high caussades or plateaus,
and the deep valleys,
like the Gorges du Tarn.

My dear friends in France,
Francoise, and Francois,
family, friends, travel and work,
Alice and Paul, recently wed,

Paris, its parks,
the Tulleries and Versailles,
Brancusi's atelier next to the Pompidou,
Marly neighborhood,
the Saint Chapel,
probably one of the best interior I have enjoyed,
together with the Pantheon of Agrippa
that Hadrian built to honor him in Rome,

The banks of the river Seine,
The Louvre collection of Cycladic Art
Egyptian toys of the times of the pharaohs,
and Assyrian Giants,

The Celtic endless lines of menhirs in Carnac, Brittany

Italian gardens,
Castel Gandolfo (that I have seen only in TV)
Il Giardino di Boboli in Florence,
the gardens next to Lago di Garda
and the banks of the river Arno in Rome,

Most of the houses of Palladio...
in the north, or in Mira near Venice,

I am sad to say I do not know Milan,
find too many tourist and non-Royal city life
in Florence and Venice,

Roma´s suburbs very ugly and full of cars,
except for the Hadrian's Villa in Tivoli,

Napoli too folkloric like Andalusia in Spain,

Sicily, for me unknown is very attractive,
its Greek temples in the midst of nature still intact,
as is the adobe architecture in Mali or Yemen,
that I enjoyed in books,
as Rick Joy houses in southern USA,
or Rural Studio's works in many places,
Katsura Imperial Villa in Japan,
or the Cistercian Abby of Le Thoronet, in France,

The Parthenon will never be too obvious,
Athena's Cycladic Art Museum,
the island of Sifnos walls,
its hills of aromatic herbs,
the cicada's call under the summer heat,
the empty marble sand beaches,
and the Geometric Tombs
in the island of Naxos,
crossed by marble paths,

Greek music and coffee in bars,
And in Meteora,
monasteries atop the hills,

The Khan Al - Khalili market,
and the Ibn Tulun Mosque, in Cairo,
The Step Pyramid of Djoser at Saqqarah,
the Temple of Aswan and the upper Nile river,
and the oasis of Siwa, in Egypt,

In the Marrakech Souks Morocco
the adobe towns in Ourzazate,
the palm groves in the many oases south of the Atlas,
that I crossed off-road one night
in a small rented Honda car,

The palm silk Bedouin carpet
that my son brought me as a gift,
when he had given away all his belongings even his shoes,
to people he considered poorer than him,

Carpets, that by night are tent's roof, walls and floor,
and by day camel saddles,

A donkey that crosses vastness,
its hoofs seem not to touch the ground,
its driver sitting across looking sideways,
like one who is not riding at all,

The walls of Aran an island in front of Scotland,
another place that I only know in books,
the wonderful paths opened up
in the Welsh and British country sides,
the mystery visible in Stonehenge,
and in the giant horses of Salisbury's hills,

The London markets at dawn,
the bars where they serve grilled lobster
or the best steaks out of New York's Palm restaurant,
or Tuscany's truck drivers picks along the roads,

The British Museum collections,
the toy store at Regent Street,

The many Manor Houses gardens, all around,
Sir John Soanes' house in London,

My old friends in Cataluña:
Toñaco and Margarita, and their beautiful family,
his taking care of my brother and son,
when they needed most,

The island of Menorca,
where their white house stands
close to the sea and sandy cove beaches,
The deep harbor of Ciudadela and Mahón
one of the largest natural harbor in the world,
the white washed Mediterranean cubic houses,

The sea food restaurants in Barcelona,
our old studio in the Sarriá Dessert,

Toni Gomá, and our tours to buy LP's in Andorra
where we discovered Keith Jarrett, and ECM,
one of the best jazz music labels that I know,
or see movies forbidden in Franco's Spain
in Amalie Les Baines in France,

Carlos Miquel my first Catalan friend,
and partner in crimes against architecture,
when we mixed ignorance with too much work.
But shared also decency
to leave our good position,
to go back to basics and ethics,
and his beautiful wife, Maria Emilia,
-where are you now?-
who saved my daughter Paula
from drowning in Menorca
when she opened up the cap
of her inflatable lifejacket,

Carlos seems dead,
but he is only invisible to us,

Alberto Ezquerdo,
Jorge Roqué
Allois Linder, Ximena, and their beautiful family,
our out of ski treks and mountain trail,
our Christmas in Llesui,

Maria Carrera, farmer, writer and wise cooker,
who lives in Llesui,
a small stone middle age town in the Catalan Pyrenees,
where we use to go with family and friends,
very happy altogether,
as my two daughters and I remember so well,
and one can see in a pretty movie,
that Toñaco filmed then.

Camilla and Erwin Hamm, and their beautiful daughters
Charlotte and Clea,
-named after one of protagonist of the Alexandria's Quartet -
the unforgettable weekends at their house
in another small middle age town, Peratallada,
in the Alt Empordà, north of Barcelona,
talking around their generous table,
listening to j. j. Cale or Randy Newman,
and walking in the countryside
collecting wild asparagus…

The work and ethics of the Catalan architect,
José Antonio Coderch,
his Ugalde House in Costa Brava, Spain.

Francisco Medina, Paco,
and his three beautiful ladies in Madrid,
our enthusiasm to build a vine arbour
to cover up an 80 apartment building we did in Madrid,
with climbing plants,
together with Toñaco,
that its inhabitants now want to remove,
because they consider it too dangerous,
Oh God!

The sea food restaurants they call, Port of Madrid,
The Escorial, Philip II‘s palace next to Madrid,
the Prado Museum huge Velazquez paintings,
and Goya´s cry for life in his “dark" period,

Ribera del Duero Tempranillo red wine,
and Bread with Tomato,
everywhere in Spain,

Castilla's vastness crossed by the Road to Santiago,
Seville’s holy week,
the last great catholic rite still alive in occident,
evening tapas and the flamenco dancers,
the boxwood scented walled gardens
and old town squares quarters,

El Caminito del Rey,
a real beautiful land's art work, in Andalucia,

The palace of The Alhambra in Granada,
with its Ambassadors Lounge,

The Cordoba mesquite,

The Cartuja de Granada
where the monks talk
throughout their bells ding dong,

Dipoli Student's House in Espoo, Helsinki,
one of the most beautiful contemporary architecture I ever saw,
by Reima and Rari Pietilä,

Otaniemi's University Center in Helsinki,
and a Student's Housing by Alvar Aalto,
and the Krasge Chapel,
another interior full of suggestions,
in the MIT, Boston,USA,
by Eero Saarinen,

The wonderful Chapel of Resurrection in Turku,
and The Burial Chapel in Parainen, Finland
by Erik Bryggman,
with a glass wall overlooking a walled garden...

The Pavilion of the Nordic Nations
in the Gardens of the Biennale, Venice, Italy,
1958-62 by Sverre Ferhn.

The beautiful wood Finish and glass crafts,

The Danish, Swedish and Finish,
Falun Red painted barn and houses,

Isak Dinesen’s Oriental Tales,

The copper roofs of Stockholm,
the Swedish archipelago,

The island of Gotland in the Baltic sea,
where I sailed as a crew member of the Caleuche,
Hernan Cubillos' Swann 49' sailing boat,
together with Pete(Federico Gili),
Pato (Patricio Kelly),
and Huaso Piñeiro,
When I was 26...

In Mexico,
the Ball Courts, - Salas de Juego de Pelota-
at the Mayan cities of Uxmal and Chichen Itza in Yucatan,
and Monte Alban in Oaxaca, Mexico,

The monasteries' courtyards in Puebla, Oaxaca, etc.,

The Citadel,
and the system of squares that form the Avenue of The Dead,
in Teotihuacan, Mexico,

The Hotel Camino Real,
And its big golden high relief, by Mathias Goeritz,

His own house,
the Public Park and Fountains and Demonstration Gardens
in Gardens of El Pedregal,
the Plaza y Bebedero in Las Arboledas,
and a Nuns Monastery Chapel,
which name I can't recall,
all by Luis Barragán, in Mexico.

My friends in Monterrey and Puebla,
Cristina Montejo, Jesahel
Miquel Adrià,

Antonio Garza,
Gilberto Rodriguez,
all great architects,

Eduardo Padilla,
The Master who asked me the impossible task,
of lecturing students in Monterrey,
under a big photo of his friend Luis Barragán.
His son Ricardo Padilla,
and his three beautiful ladies.

The Coyoacan Neighborhood in Mexico City,
and the walled second story terrace
at a friend’s house there,

My friends in Palo Alto, California,
Bob Weir and Tita Weir,
the most generous ones.
One of a kind to say,
don't worry, we will take care.

The outskirts of San Francisco
the most beautiful place one can imagine
that does not end in awful suburbs,
like Rome, Paris or Barcelona,

San Francisco's Golden Gate,
and Bay bridges,
maany bridges in Portland, Oregon,
in Manhattan, N.Y.,
and in Seattle, Washington State,

As in England,
parks and water ways all around the USA,

My dear friends in Memphis, Tennessee,
Bruce Hopkins, his wife, his sisters
and especially his mother,
where we spent three months
for our youngest son treatment
when he was only four...
its beauty being to be kind and good
with the others they do not know.

The spirituals sang in the Baptists churches,
The big trees under which
the good is hidden,

In Cusco, Peru,
many of the last rural communities
that inhabit the land, may survive,
keeping exchange as a way of trade
without money
and the greed and speculation
that comes with it,
They save their hard work weaving textiles,
that take them sometimes two months.

Women are always weaving in beautiful places
overlooking the valleys,
and even spin the wool while they walk.

In Cusco, Peru, there is a culture
that understand territory as such,
and makes it human with sculptures
carved in situ all around in big stones,
It also makes fruitful a poor steep land,
building terraces, Andenes,
that gave name to the Andean Mountains,
and that one can admire almost up to the top of the hills,
keeping cultivated land from being wash
by heavy summer rains…

The best terraces or terraces, were built
only for the pleasure of cultivating flowers,
showing the Andean people,
their own splendor.

As is was shown in the main Cusco Square,
that it is said to have been filled with sand,
brought in Llamas backs,
fifty kilos at a time,
only because they will.

There is a lot to say about the Andean Highlands
in Argentina, Salta, Jujuy, etc
and about the Highlands,
and Chiquitanía lowlands
in Bolivia.

The endless Patagonian plans,
the shepherd, his poncho,
his horse, and his dogs,
his endless job,

the cold,
and after all of that,
the campfire, the roast lamb
and rounds of mate shared,
silence uninterrupted as cold,
friendship, or solitude,

The puesteros, men that live in posts,
huts in remote areas of Patagonian sheep farms,
all alone except for their horses and dogs,
what an exceptional world they are!

Hudson reflects it in his book
“Days Of Leisure In Patagonia”,

The great horseback rides with my sons.
At first in Chile's Araucanía, a vast lake country
where we had a house, Quinta Chucao,
at the Calcurrupe river mouth in Lake Ranco.

Later in the remote vastness of stay Las Cumbres
wich belong to Chicho Vidal, a gaucho
who used to see extra-terrestrials landing there,

El Descampado de Atacama
or Big Atacama Open Space,
full of well kept secrets
in its absolutely dryness,
every human step engraved,
everything made saved forever
but dead,

But, there is water at the foot of the Andes,
where some Atacameño towns were built,
like Tulor, two thousand years ago,
or dead were mummified
more than eight thousand from now,
during the Chinchorro Culture,

The many rural neighborhoods or "ayllus",
dispersed in the Oasis of San Pedro de Atacama.

El Salar de Pintados,
its hillsides full petroglyphs,
giant figures made with stones .

And last but not least,
Chile’s Center Valley fruitful countryside:
our pré -salé or salt meadows sheep farm,
La Rinconada de San Juan Arriba,
next to the sea,
an hour and a half from Santiago,
an elected lonely and silent place,
without electricity or cars,
where we grill country poultry,
fish, tender lamb, or angus meet ,
and potatoes, every evening
over the campfire,
watch stars,
listen to night birds or foxes
court or hunt in the dark,
stay in respectful silence
or talk over a glass of wine,
after a hot tub bath,
opened up to what may come:

the night
the rain
the wind,

still there is life,
I feel I have to say to myself.

Un abrazo,

Germán del Sol

Espacios Abiertos Heredados.

Queridos amigos de Monterrey,

México,
vamos de salida,
mas celulares que gente,
platican, bueno! bueno!, baii!
Ándale! Híjole!
y a gritos se multiplican,

El aeropuerto es una palapa de paja,
como las casas de la Hacienda El Tangue
en Pichidangui,
llenas de aire y de encanto,
palapas grandes,
troncos gruesos amarrados,
pilares altos vigas y cumbreras
de largas y delgadas viguetas,
cuelgan superpuestas las palmas.

Espacios abiertos heredados,
presentes en todas partes,
los mexicanos no los han olvidado.

Seremos capaces también nosotros
de heredar esas calles que varían de ancho,
dejando por todas partes vivos
espacios intersticiales,
plazas que se extienden generosas,
primero abriendo en el paisaje natural
o en la ciudad,
un plano limpio de piedra,
sin objetos y sin anécdotas,
un plano que mal llamamos vacío,
cuando en realidad esta lleno de sugerencias,
un vacío fecundo que se llena
con lo que cada cual lleva adentro,
y que cada uno llevará consigo
cuando se vaya y se aleje,
como yo lo traigo conmigo a Chile
como si fuera mía también esa riqueza,
ese hacer tanto,
con solo quitar lo que hay cerca,
y dejar que la distancia
a las personas y a las cosas
se salve y crezca,
dejar que las personas y las cosas pasen lejos,
y pasar uno a su vez por la plaza una vez solo,
una vez solo y ligero,
como se pasa por la vida según León Felipe,
el poeta español que vivió en México.

Planos que se abren y luego suben
por escaleras y rampas,
los muros pesados y altos
que cierran las plazas,
y al mismo tiempo les crean
un horizonte propio que refuerza el paisaje,
porque lo aprieta contra las lejanías
y el cielo azul, o las nubes negras.

Muros pintados primero de colores fuertes
y luego pintarrajeados,
manchas de colores
que vibran entre si,
una lección de arte
salida de una batalla
entre la unidad del color decidido,
y los grafiteros.

Colores fuertes que mueren en los cantos,
para que aparezcan otros del otro lado,
pinceladas sueltas y confiadas,
que tiemblen con las sombras
del adobe turbado por el polvo
y las grietas del tiempo,
y el trabajo nacido de las manos,
sombras de molduras coloniales,
y de portones de tableros de madera
altos, pesados,
sobados en los cantos…
adentro patios enclaustrados,
grandes de tamaño
los patios de iglesias,
monasterios y palacios,
pilares gruesos corredores frescos
bancos livianos arcones largos,
altos muros y a veces, una pileta de agua,
uno que otro árbol grande
que se asoma hacia los lados,
grandes de contenido,
los patios de las casas,
el universo entero en un patio
quería tener Barragán
y lo encontró quizás
en los patios de Eduardo Padilla,
que están en un plano mas alto
que el interior de la casa,
y se sube a ellos,
como a una espesura de árboles
cuadrada por los muros.

Un abrazo,

German,


precioso examen de conciencia

gracias Germán
E
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domingo, 31 de julio de 2011

¿Quién Dice Que Chile, Es Chile?

¿Por qué Chile es Chile?

Prefiero pensar ¿Qué es Chile?,
y no en la Imagen,
que como adolescentes,
nos importa demasiado.
Y mostrar sus realidades mayores,
a la luz de la poesía.

Una interpretación poética de Chile
no se basa en la ciencia,
ni en la técnica.
No es calculable. 
Ni se refleja en estadísticas,
ni encuestas, ni en el PIB ni en el IPC.

Una interpretación poética
revela esa parte realidad,
evidente sólo de un modo poético,
y que de otro modo queda oculta,
incluso para los más cercanos.

Realidades mayores de Chile,
son aquellas cualidades locales
que alcanzan un interés universal
y encienden la imaginación del mundo.
Pablo Neruda, Violeta Parra.

Una cualidad puramente local,
los Huasos Quincheros.

Una realidad geográfica local de interés mundial
la Patagonia,
mientras una de interés local,
la Cordillera de la Costa.
Para que una realidad local sea de interés mundial
debe tener en cuenta al mundo,
y despertar sus sentidos.

Cuando pienso en Chile,
lo primero que se me viene a la mente
es la potencia de todo lo que está por hacer.
"Un fusil que esta ahí descargado,
es mucho más que un fusil recién disparado",
dice alguien por ahí.

Chile es culturalmente impreciso y disperso.
Vive el presente en proyectos,
y el pasado arraigado casi míticamente
a la familia y a la tierra.

Las cualidades positivas y negativas de Chile son las mismas,
depende como se las mire: 
el ingenio para hacer mucho con poco
que es la verdadera riqueza, 
aunque a veces no basta,
el ocio también puede ser flojera,
la levedad, superficialidad,
y el humor, irresponsabilidad.

La dispersión física y espiritual de Chile
es fruto de una realidad que está en el alba,
recién empezando a revelarse.

El presente es el único momento de Chile.
Pero es un permanente regalo
de hechos inesperados que se viven bien,
improvisando con humor y con gracia.

Cuando se mira a Chile sin afecto,
sus cualidades se perciben como defectos.
Podemos elegir entre ver problemas
o ver oportunidades para hacer algo bueno de ellos.
Un dilema agravado ahora por el terremoto.

Chile se cree joven y celebra el Bicentenario
porque no reconoce sus orígenes
en culturas precolombinas de más de nueve mil años.

Lo que tiene Chile de país joven,
es que no domina su territorio,
ni usa su energía con la eficiencia de un país maduro.

Alberto Cruz dice que en América todo ocurre por primera vez.
Los europeos viven su pasado como presente,
les cuesta volver a mirarlo, y encontrar en él algo nuevo.
Los chilenos ni siquiera conocemos nuestras culturas ancestrales.

Los europeos ven la naturaleza a través de la ciudad.
Los chilenos no.
Y abandonamos la ciudad,
para irnos a vivir en las afueras.
Chile tiene otro modo de ser urbano que no reconoce,
ni se permite a sí mismo en sus leyes.

En Chile se practica el imbunchismo
para impedir el crecimiento de los más dotados,
que tienen que ser profetas afuera
como Neruda, Mistral, Matta, etc.

Pienso que Chile le teme a la pobreza,
a la verdad y al ridículo.
Esa angustia se expresa en adjetivos tan exagerados
que anulan lo sustantivo,
dar “un millón de gracias”,
es menos que dar “gracias”.

Las expectativas de los chilenos son riqueza,
que confundimos con dinero,
y popularidad que confundimos con amistad.
Sin embargo, los amigos
son la principal fuente chilena de alegría.
Después le siguen la fama para unos pocos,
y objetos como autos y casas,
que cualquiera puede comprar con plata,
como llamamos los chilenos al dinero.

La verdadera riqueza permanece oculta
y no es motivo de envidia por aquello que me decía mi abuela:
"la gente feliz no se nota, no aparece en el diario".

La verdadera riqueza ni se busca ni se alcanza.
Se tiene y se da.
Consiste en ser más lo que se es, y no en tener más.
"Sólo es dichoso aquel que quiere dar”, dice Goethe.

La falta de un plan maestro de construcción de las ciudades devastadas,
los proyectos para represar los ríos Mapocho, Pascua y Baker,
la entrega de mediaguas a los que necesitan casas,
pero también los asados que se hacen mientras desfilan las tropas
el dieciocho de septiembre en el Parque O'Higgins,
me hacen pensar que existe un país oficial, y un Chile real.

Chile oficial ocupa un espacio legal
con capital mental en la zona central.
Lo dirigen el presidente, sus ministros,
obispos, senadores, diputados, 
intendentes y jueces. 
El poder oficial.

Chile oficial se encamina al desarrollo
con alta tasa de crecimiento, baja inflación
y una gran infraestructura de puras leyes.
Sin asumir honestamente sus debilidades
ni darle una solución íntegra a la pobreza material,
a la educación, al aborto, al smog, a la salud,
a las parejas que no se pueden casar,
o a las adicciones desordenadas.

Sin gracia ni ingenio,
Chile oficial parece recreado del original
por la imaginación de un oficinista
ocupado en controlar a los demás desde la seguridad
de su traje rayado de banquero inglés 
de una talla menos.

En Chile oficial hay poca riqueza verdadera
de aquella que se goza y se da.
La caridad se hace con publicidad,
y el humor con animadores.

La pobreza oficial en Chile 
es ganar menos de 300 dólares al mes,
porque se confunde la riqueza con el dinero.
El título de pobre oficial
invita a esperar toda solución del estado,
y a olvidar que cada uno
tiene algo bueno y valioso que aportar a los demás.

Chile oficial vive de acuerdos de comisiones de esto y aquello,
porque no tolera la diversidad del mundo civilizado actual.
Funciona creando limitaciones
en vez de un entorno favorable y fecundo
para ser más lo que es.

Chile real no coincide mucho con el país legal.
Sus personajes son alcaldes y curas,
alguno que otro ministro empoderado,
diputados o senadores díscolos, carabineros,
bomberos, carteros, matronas, practicantes, y profesores.
Y, ¿Por qué no?, arquitectos e ingenieros,
profesionales y técnicos.

En Chile real la ley de tránsito, o el alcotest
no se pueden aplicar a una carretela sin patente con un perro a la siga
que va por la berma de la autopista contra el tránsito.

En Chile real las parejas se juntan o se separan con dolor y sin trámites.
Hay niños y allegados por todas partes,
sonrientes a pesar de su falta de papeles.
Se vive al día sin pagar el IVA,
con la sana ayudita de unos tragos,
de un compadre, o del amor,
que no le sobran a nadie que yo sepa.
El humor abunda
y el ingenio reemplaza a la técnica
y a veces al dinero.

Yo creo que en Chile real
hay riquezas verdaderas y cierta calidad de vida,
sin desconocer que hay desterrar el hambre y la miseria
que están en todas partes.

En Chile real hay caridad.
Se hace el bien sin mirar a quien y sin ser visto.
Siempre hay atención para una visita inesperada,
mientras en Chile oficial hay que avisar por anticipado.

La vida para todos es a veces cruel.
Pero leve y graciosamente,
se vive mejor la vida tal como es.

Chile real une con poesía lo terrestre y lo celeste.
Es imaginativo y valiente,
disperso y desordenado como la vida misma
que se vive abierta a la providencia.

La pobreza en Chile real
es sufrir la miseria en cualquier forma
y no tener idea de cómo superarla.
Tal vez por falta de capacidad para cambiar la mirada
y romper el círculo que se volvió vicioso.

En Chile real la riqueza pueden ser afectos,
un don como ninguno.
Todo el tiempo del mundo para ser lo que se es,
amar a quien se quiera,
hacer con ganas lo que se tenga que hacer,
y disfrutar de lo gratuito.
En un espacio pleno de libertad y tiempo.

Chile real crece menos
y su inflación es mayor que la estadística.
Sus productos per cápita vitales
son las calorías por día,
y el acceso a la posta, a la escuela, al retén, a la luz,
al alcantarillado, o al agua potable.

Chile real vive de la tolerancia a la diversidad
y de la generosidad de todos,
incluidos los pobres materiales.

Me gusta y disfruto el Chile real.
Y me gustaría establecer un puente entre ambos,
que es el objetivo de mi trajín.

Lo mejor de Chile real son la gracia
y el desapego que tiene forma de ingenio.
Porque bastan para ser esporádicamente feliz.

Chile hace mejor aquellas cosas irrepetibles
que requieren ingenio y gracia para existir,
y que llevan signos de vida en sus cuidados.

El volantín se inventó en China,
pero el más liviano y sencillo es probablemente chileno.

Otros son fruto de la imaginación para hacer mucho con poco,
por ejemplo, los objetos de cerámica o de mimbre,
de alambre o neumáticos usados,
las ferias persas, los puestos de fruta en las autopistas,
los músicos en las micros, o la venta en las esquinas...

Estas expresiones son una interpretación poética del mundo.
De la capacidad para darle una vuelta más a las cosas de siempre,
para encontrarles un algo que ilumine la misma vida con otra mirada.
O en el caso de los telares Aymarás o Mapuches,
que reflejan una capacidad cultural de síntesis,
que es muy necesaria hoy cuando debemos manejar tanta información.

Lo más atractivo que tiene Chile para sus visitas,
es el desapego con que se usan el tiempo
y el espacio generosamente disponible en el país real.
Gracias a que la organización del país legal está todavía en pañales,
los burócratas no han podido controlar esta riqueza.

Chile tiene gente común inteligente, familiar y pacífica,
con cultura para vivir bien en un país fecundo y poco utilizado.
Obligada a trabajar, trabaja.
Bien dirigida trabaja bien.
Bien enseñada aprende y mejora.
Bien liderada se hace creativa y generosa.
Y que conoce su trabajo y las reglas,
tanto para cumplirlas como para saltárselas con el mismo interés.

En Chile no se ha aprovechado el ingenio para trabajar serenamente,
correr menos y producir más;
la gracia para hacer mucho con poco
y ver el otro lado de lo obvio,
e inventar cosas nuevas apartándose de las existentes;
el humor para poner poesía en el mundo pragmático
y a veces prosaico del "mercado", etc.

Estos son grandes valores agregados,
a mi juicio muy escasos en el resto del mundo.

Creo también que el consumo ha demostrado
que los hombres y mujeres
no podemos vivir solo
de satisfacer necesidades prácticas.
El ocio proporciona tiempo,
el arte ojos nuevos,
la religión orientación,
la poesía nombres,
el humor desapego
y el desapego felicidad,
y la gracia todo lo demás.

Para describirlo en una palabra, diría Chile.
En una frase insinuaría, Chile Es…
Para Chile prefiero los colores de los papeles de seda de volantín,
antes que colores básicos como el rojo o el azul,
o muertos como el color peltre que tiene el nuevo Escudo Nacional.

Si tuviera que elegir un animal para Chile
elegiría el quiltro por su inteligencia
y habilidad para sobrevivir
y su sentido del humor y del amor.
Nunca animales casi heráldicos como el cóndor y el huemul.
Tampoco mascotas.

La realidad de Chile supera cada día a la fantasía.
Basta leer los diarios.
No hace falta ponerle más color,
sólo verlo con afecto,
y mostrarlo tan diverso como es.

Para nombrar lo que hace que Chile sea Chile se necesita un poeta. O más.

Santiago, 5 de Agosto de 2010

Germán del Sol

A Mi Capitán Luis Rosselot.

“Oh Capitán, mi Capitán", El duro viaje parece concluido, A los lejos se escuchan Ruidos de puerto.... , ...