domingo, 27 de septiembre de 2015

El Padre Nuestro.

                                                Nuestro padre, Fernando del Sol Varas, 






En la estación 28-09-2009

el tiempo para él se detuvo,
y el padre nuestro se bajó,
y se nos hizo invisible.

Un día, en el no sé cuándo,
los últimos serán los primeros.
Mientras tanto esperemos
a saber lo que él sabe,
y nosotros no sabemos.

Cuesta desapegarse,
y “Pasar por todo una vez,
una vez sólo y ligero”
como dijo León Felipe.

La felicidad no se guarda.
“Es como un leve deslizarse
de remos en el agua”,
dice Jorge Teillier,

Pero hay que recordarla,
para que lo bueno perdure,
y uno pueda echarle mano
en cualquier momento.

También somos
el padre y la madre
que nos le faltan,
su silbido llamándola
en la tarde,
al entrar a la casa,
abrazando un ramo
de flores blancas,

Nuestro padre no juzgaba
ni quería ser juzgado.
Pero ofender sin querer,
es humano, y pedir perdón,  
y reparar el daño,  más sano

 Cuando uno quiere celebrar
nunca faltan motivos,
sino celebrantes.
Cuidemos los ritos,
y a los celebrantes.

Cuando uno pierde piensa,
es mejor jugar que ganar.
Siempre será mejor jugar,
que mirar.

Es humano reír y llorar.
Es mejor reírse antes,
y después de llorar.
  
La alegría llega,
no tomándosela
muy en serio.

El tiempo no cuenta;
si uno lo deja pasar,
se asoma a la eternidad.
El tiempo que se cuenta,
ya es tiempo perdido.

Uno dice,
es mejor ver cien pájaros volando,
que tener uno en la mano,

es mejor vivir esperanzados,
que satisfechos,

pensar que lo mejor de la vida
siempre está por venir,

-pero no es así-

lo mejor de la vida
es vivir con un sentido,
que hay que descubrir,
-como nos enseñan nuestros padres-
en el amor y en el trabajo.

un abrazo
con afecto
de Germán



28 de Septiembre de 2015

viernes, 18 de septiembre de 2015

Nada Humano Nos Sería Ajeno.


















Mezquita de Ibn Tulum, El Cairo.

Nos reímos de observaciones que no son críticas,
sino más bien el resultado de una mirada con afecto
a las cosas humanas que nunca nos son ajenas;
en ese sentido todo el enredo de Egipto
lo convierten en un lugar atractivo, seductor,
en una experiencia de la vida caótica, sucia, explosiva;
tal como es la vida cuando los hombres mujeres,
aun no aman la regla que contiene la emoción,
ni botan la basura donde deben;
la higiene no es el origen de la vida sino su efecto.
es un desarrollo de la cultura,
pero antes hay fuerzas mas poderosas:
la esfinge y los templos,
quedaron enterrados por la arena
y olvidados por miles de años
en que otras ocupaciones
otras ideas,
otros dioses,
y hasta la flojera florecieron;
la cultura no siempre continúa y se perfecciona
a veces se abandona por lo que sea,
emergencias que nosotros conocemos bien!
pero hay que aprender a cuidar la herencia
para que no volvamos a ser
el salvaje domado que llevamos dentro,
y que nuestro inconsciente
reprime por suerte, no?
Creo yo,

un abrazo,

German del Sol
Septiembre 2015

Blue, Jorge Teillier.




Veré nuevos rostros
Veré nuevos días
Seré olvidado
Tendré recuerdos
Veré salir el sol cuando sale el sol
Veré caer la lluvia cuando llueve
Me pasearé sin asunto
De un lado a otro
Aburriré a medio mundo
Contando la misma historia
Me sentaré a escribir una carta
Que no me interesa enviar
O a mirar a los niños
En los parques de juego.

Siempre llegaré al mismo puente
A mirar el mismo río
Iré a ver películas tontas
Abriré los brazos para abrazar el vacío
Tomaré vino sí me ofrecen vino
Tomaré agua si me ofrecen agua
Y me engañaré diciendo:
"Vendrán nuevos rostros
Vendrán nuevos días".

Jorge Teillier
De "Para un pueblo fantasma",1971

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Gaston Soublette y El Fracaso de La Civilización.




Una persona tan notable y sabia como Gastón Soublette, 
escribe en su Carta al Director del diario "El Mercurio" 
del sábado 20 de agosto pasado, 
que nuestra  civilización occidental ha fracasado, 
porque “hay más de tres mil millones 
de seres humanos que viven en extrema pobreza”.
Tal vez, nuestra civilización no haya fracasado por eso. 

Aunque es un escándalo que casi la mitad de las personas 
vivan todavía en la extrema pobreza material, 
si uno piensa que la humanidad recién empezó a superarla 
después de 5 mil siglos de sufrirla, 
puede darse cuenta del tamaño del desafío que tuvo, 
y aún tiene que superar.

Si hace dos siglos había 100 millones de personas 
que vivían dignamente, 
hoy hay más de 4 mil millones 
que tienen sus necesidades básicas cubiertas. 
Y todavía sigue pendiente salvar 
esa enorme diferencia entre una mitad y la otra. 
Y este ya no es un asunto de economía, sino de ética. 
De cómo vivir felices con lo que está disponible, 
“tratando a los demás, como le gustaría que lo trataran a uno”.

Quizá por eso, el fracaso de nuestra civilización occidental sea, 
que la mayoría de los hombres 
– superada la lucha cotidiana por sobrevivir- 
nos hayamos hundido en la indiferencia 
que nos libra de pensar en los demás, 
y de sentir la urgente necesidad de darles algo 
a cambio de lo que tenemos, 
sean estos recursos materiales o espirituales.

“Solo es rico, el que necesita dar”, había dicho Goethe.

Pero, claro, es muy difícil pensar en el dar algo a los demás, 
si uno es víctima de la enfermedad, el hambre o el frío. 
Y por otro lado, sano, abrigado y con el estómago lleno, 
sumido en el confort, casi nadie piensa en el bien ajeno.

“La belleza”, según Dostoievski, “Salvará al Mundo”.  
Porque es una revelación tan fuerte 
de la sintonía que hay entre las personas 
y el universo más allá desconocido, 
que estremece el duro corazón humano. 
Porque demuestra que nadie puede ser feliz 
encerrado en sí mismo entre riquezas y miserias.

En su novela “Los hermanos Karamazov”
un ateo, pregunta al príncipe Mischkin: 
“¿cómo “salvaría la belleza al mundo?”  
El príncipe no dice nada, 
pero va junto a un joven de 18 años que está agonizando. 
Y se queda con el cuidándolo hasta que muere.

El mundo será salvado hoy y siempre 
mientras ese gesto contra la indiferencia, exista.

un brazo,

Germán

miércoles, 26 de agosto de 2015

La Insoportable Fealdad del Rascacielos.

El arquitecto Borja Huidobro, ha llegado de Paris,
y dice el sábado pasado en "Vivienda y Decoración",
que los chilenos estamos más atrasados que “la cresta”.
Y que todos nos creemos arquitectos.

¿Más atrasados que quien?, pensé. Y salí a conocer sus  obras.
Y concluí que a lo mejor es cierto lo que dice.
Si no vinieran gente e influencias de afuera
a modernizarnos como él y otros piensan que nos conviene,
¿y porque no habríamos de creerles?
estaríamos viviendo en una ciudad más anticuada y amable,
con edificios bajos y de fachada continua,
que permiten altas densidades sin paralizar la circulación,
que no tapan demasiado el sol ni las vistas,
construidos de materiales que envejecen bien,
como el ladrillo o el hormigón estucado,
estaríamos viviendo en fin,
en una ciudad más parecida al centro de Paris,
que al de Toronto,
y no soñando con más rascacielos aislados,
que se peleen por ser los más altos
como escribe Sebastián Gray ese día en la misma revista.
Estos edificios transparentes de acero forrados de vidrio,
no tienen secretos que guardar, porque no tiene intimidad,
y exponen a quienes viven o trabajan en ellos
a la vista de los demás,
al sol, a la lluvia, al ruido de la calle,
y por supuesto a la angustia del abismo
de muchos pisos detrás del escritorio,
protegidos solo por unas cortinas finas,
que pretenden devolverle algo de la intimidad perdida,
a esos cuerpos ideales y limpios como refrigeradores,
que hay que pasar permanentemente limpiando.
Pienso que en arquitectura, la innovación por la innovación,
Nos hace olvidar la relación de la arquitectura con su origen,
que es construir lugares donde realmente queramos estar,
y no simplemente para ser vistos
en una imagen atractiva o exitosa.
A mi gusto, Borja Huidobro hizo su mejor obra
asociado con Enrique Brown.
Es el edificio del Consorcio,
que tiene una altura y una relación adecuada con el vecindario.
Su  fachada poniente es una suave curva
con un parrón vertical con plantas
que la protegen del sol y de las vistas,
mientras que al oriente la fachada
es un muro recto sencillo con ventanas.
Y en el interior, hay intimidad.

Un abrazo,


German

A Mi Capitán Luis Rosselot.

“Oh Capitán, mi Capitán", El duro viaje parece concluido, A los lejos se escuchan Ruidos de puerto.... , ...