Mezquita de Ibn Tulum, El Cairo.
Nos reímos de observaciones que no son críticas,
sino más bien el resultado de una mirada con afecto
a las cosas humanas que nunca nos son ajenas;
en ese sentido todo el enredo de Egipto
lo convierten en un lugar atractivo, seductor,
en una experiencia de la vida caótica, sucia, explosiva;
tal como es la vida cuando los hombres mujeres,
aun no aman la regla que contiene la emoción,
ni botan la basura donde deben;
la higiene no es el origen de la vida sino su efecto.
es un desarrollo de la cultura,
pero antes hay fuerzas mas poderosas:
la esfinge y los templos,
quedaron enterrados por la arena
y olvidados por miles de años
en que otras ocupaciones
otras ideas,
otros dioses,
y hasta la flojera florecieron;
la cultura no siempre continúa y se perfecciona
a veces se abandona por lo que sea,
emergencias que nosotros conocemos bien!
pero hay que aprender a cuidar la herencia
para que no volvamos a ser
el salvaje domado que llevamos dentro,
y que nuestro inconsciente
reprime por suerte, no?
Creo yo,
un abrazo,
German del Sol
Septiembre 2015
sino más bien el resultado de una mirada con afecto
a las cosas humanas que nunca nos son ajenas;
en ese sentido todo el enredo de Egipto
lo convierten en un lugar atractivo, seductor,
en una experiencia de la vida caótica, sucia, explosiva;
tal como es la vida cuando los hombres mujeres,
aun no aman la regla que contiene la emoción,
ni botan la basura donde deben;
la higiene no es el origen de la vida sino su efecto.
es un desarrollo de la cultura,
pero antes hay fuerzas mas poderosas:
la esfinge y los templos,
quedaron enterrados por la arena
y olvidados por miles de años
en que otras ocupaciones
otras ideas,
otros dioses,
y hasta la flojera florecieron;
la cultura no siempre continúa y se perfecciona
a veces se abandona por lo que sea,
emergencias que nosotros conocemos bien!
pero hay que aprender a cuidar la herencia
para que no volvamos a ser
el salvaje domado que llevamos dentro,
y que nuestro inconsciente
reprime por suerte, no?
Creo yo,
un abrazo,
German del Sol
Septiembre 2015
1 comentario:
Cuando leímos tu resumen de tu viaje a Egipto, a María Inés le dieron unas tremendas ganas de volver (ya remontó el Nilo una vez) En cambio yo, que no pude ir esa vez y desconozco tales maravillas, le contesté que me bastaba con tus fotos y tu visión de poeta, porque hicieron que me viera disolviéndome bajo ese sol, acosado por las moscas, abrumado por la mendicidad, harto de regateos, escandalizado por camellos y perros escuálidos, deseoso de no ver ni oir nunca más a un turista, aturdido por voceríos y bocinazos, temeroso de esas comidas "típicas", desconfiado de todo lo que dura por durar, ansioso de volver a casa para ver y entender lo que miré sin ver ni comprender. Es paradojal que habiendo pasado toda la vida de un lado para otro, sea yo, aunque tuviera a Virgilio por guía, un fracaso tan total como viajero. María Inés y José Manuel
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