sábado, 15 de julio de 2006

Los Remolinos Revisitado


El escritor Horacio Serrano Palma, "El Taita".

Un verano, cuando tenía 15 años,
Margarita y Marcela Serrano me invitaron
a la Hacienda Los Remolinos,
a orillas del rio Itata.

Quiero contar esta experiencia tan bella
que he conservado en mi corazón toda la vida,
porque creo que ella mantiene la esperanza
de que se puede ser feliz
si no se tienen apegos desordenados
por las personas que uno quiere
ni por las cosas que desea, o se tiene.

Para mi lo mas bonito y permanente
de la visita al fundo Los Remolinos,
tal vez sea, que aquel era un lugar irrepetible
-iba a decir irreductible-
donde el fruto de los cuidados no eran mas,
sino menos cosas;
donde la falta de cosas esperadas
hacía aparecer bienes inesperados:
así quizá, faltaba la luz eléctrica
para que pudiera haber proximidad,
conversación, y noche;
y había otras,
como el agua caliente,
la leche, o el pan,
que todavía tenían relación
con su origen en el horno,
la vaca, o en el fuego
que el Taita hacía cada mañana
debajo del tambor;
el campo parecía salvaje, inculto,
un poco abandonado a su suerte,
porque quizá el fervor no se enseña
haciendo producir un campo,
sino haciendo fervorosamente
hasta lo mas sencillo que toca hacer,
para que adquiera un sentido
en la existencia.

Creo,


Germán del Sol
Enero de 1965

2 comentarios:

pablo amenábar dijo...

querido germán, siendo menos joven que tú tuve la suerte de estar en Los Remolinos, y tener las mismas experiencias tuyas, aunque tu no lo creas y me aprecies poco...

German del Sol dijo...

Querido pablo amenabar,
te aprecio y no me extraña nada que una persona como tu,haya tenido las mismas experiencias; muchos otros habràn vivido otras distintas e igualmente valiosas para ellos en los Remolinos,como dice Goethe, cada uno ve lo que cree.
German del Sol

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