martes, 25 de julio de 2006

A Veces. A Juan Enrique Amenabar.










El Quique Amenabar, Juan Caribe, Angel Arrigorriaga (que tomò la foto) y yo, en la isla Margarita, Venezuela, Febrero de 1970



Un día en el mas allá,
los últimos serán los primeros.
Por el momento, y en el mas acá,
no.

A veces,
es mejor viajar ilusionado,
que llegar,
mejor retirarse a tiempo,
que esperar.

A veces,
es mejor pasar por el barro
sin ensuciarse,
que lavarse las manos,
sin pasar por el barro,
por no dejar no más.

Tener hambre es humano
y comer es milagro.
Mejor quedarse con hambre
que comer demasiado.

Es humano ofender sin querer
y queriendo también,
y mas vale pedir perdón tarde,
que nunca.

Celebrar es humano,
y cuando uno quiere
nunca faltan buenos motivos.
Mejor encontrarlos primero,
y celebrarlos después.
No vayamos a repetir los ritos
sin motivo, ni celebrantes.

Cuando se pierde se piensa,
mejor jugar que ganar,
pero siempre es mejor jugar,
que mirar.

Es humano reír y llorar.
Es mejor reírse de uno,
y llorar por otro.

Es mejor divisar cien pájaros volando,
que tener uno en la mano,
dice mi madre,
mejor tener sueños que valgan la pena,
no vaya a ser que se cumplan.

El hermano de don Julio Avilés,
no es tonto ni para soñar,
dice que sueña con gringas.

Mejor tocar primero la campana,
y salir después con la procesión.

Ni el placer ni el dolor
se suman o se guardan.
Son pasajeros,
que no se detienen:
el placer y el dolor, pasan.
Sólo queda, lo que hace falta.

El tiempo tampoco se guarda.
Dejándolo pasar confiado,
uno se asoma a la eternidad.
El tiempo que se cuenta,
es el tiempo perdido.

Pero lo que ha perdido amigo,
lo que no tiene,
no se lo quita nadie,
y tal vez por eso sea
lo ùnico que vale.

German del Sol
Diciembre 2004

2 comentarios:

Hernán Precht Bañados dijo...

Desapareció el Hotel de Con Cón, el de Los Satélites; La Pérgola del Club de Viña, también Mau Mau, el de los hermanos Lata Liste y el mejor portero de Sudamérica: José Fraga, los recuerdos gracias a Dios nos siguen acompañando, y desde una mesa en La Biela, nuestras líneas dominicales. Pienso en Quique Amenábar y Germán del Sol, en aquellas noches del Moustache. La mano de Quique a la par de Norberto Navarro, los mejores DJ´s de Latinioamérica.

Gracias a la compañía de David Gallagher, enfrento una demora casi insolente en el vuelo que me lleva a Buenos Aires. Logro subir al 737, que apenas tiene espacio para respirar. De nuevo me salva la pluma brillante de el antiguo profesor de Oxford, con sus agudas columnas publicadas por once años en El Mercurio y reunidas en este libro, que es un sedante , ante los 52 minutos que dura la fila para ingresar a la República Argentina. Ezeiza esta de miedo, 42 minutos esperaremos para salir. Si no fuese por la amistad de 24 años con Alberto Osuna, quien adivina el pedido en una de las mesas de La Recoleta. En lo que alguien bautizó como Viridita, por ser una angosta vereda con 18 mesas a la sombra del mítico gomero nacido en algún momento del siglo 18, frente a la iglesia de Nuestra Señora del Pilar y el cementerio de los monjes recoletos, nuestro ánimo sería muy distinto. [IMG ] Mientras llega la bandeja de snacks ( U$ 3,5), y las infaltables aceitunas tibias en aceite de oliva y finas hierbas, se acerca Ariel, con su arte para dejar fantásticos los zapatos más ajados; saluda cariñoso Ricardo Riaño, con su pechera verde es parte de la historia de La Biela. Quintana 600. No sé por qué congrega más gente que el Café de la Paix, justo al frente. Igual son óptimos los dos, antes y después de la maravillosa remodelación que convirtió a calle R.Ortiz en peatonal, dejando una explanada hasta Junín, al borde del cementerio. A la sombra del gomero he visto muchos restoranes desaparecer, como el de Gato Dumas, aun queda su vecino, Lolas en la esquina con Guido, pero no es lo mismo. En la cuadra que sigue hacia el Village Recoleta, con los cines, su regia librería, modelo idéntico de Borders, que para llegar hemos sorteado a quienes nos invitan a los menú por 9,90 pesos, excepto Clarks, por el triple y que se vio ahogado entre tanto ofertón; de la calle Junín al 1800 donde. perdió la dignidad de dos décadas de elegancia y primacía, dejándonos el antiguo placer para la noche, en calle Sarmiento 645, ahí el Roast Beef a la moda de Yorkshire ( U$ 5 ) resulta insuperable. Encaminamos nuestros pasos por calle Alvear, pues el diseño tan equilibrado de Ralph Lauren, habiendo remodelado una casona por años cerrada, merece más de una foto, y luego vendrán aquellas que son de colección, frente a las Embajadas de Brasil y Francia, el la plazoleta Carlos Pellegrini, la más soñada de los cien barrios porteños. Cierro por un instante los ojos, recordando en Arroyo 866, la obra de José y Alberto Lata Liste. El mítico Mau- Mau. Afrika – en calle Alvear – nunca llegó al nivel de la puerta custodiada por Fraga y la música a cargo de Norberto Navarro. Es más, su vinilo ¨Música de Alto Vuelo ¨, fue la inspiración para decenas de producciones que hemos visto recién, como el CD ( van en el número 7 ) que identifica al Café del Mar en San Antonio, Ibiza. Luis Géell diseño la combinación básica y sencilla, la cual es Cala del moro, Mar y Música. Aquí, no había mar, ni puestas de sol, pero eran tiempos de encontrar a una infinidad de amigos argentinos, muchos veraneaban en Chile, con Prieto a cargo del bar y Santana que traía los juguitos Pindapoy. De Cúspide, en Vicente López 2050, salimos con varios, digamos muchos libros. Bolaño 2666, por supuesto. No pondré los precios porque sería burla. Los de Arquitectura siempre los he comprado en CP 67. Lila, estaba de cumpleaños y de toda Latinoamérica la saludaban. Content, de Rem Koolhaas pesa más el papel que su contenido. Me advirtió que no lo trajera..pero la tentación vence a los espíritus más fuertes al fondo de la galería en Florida 683, local 18. Desde 1967, dirección imperdible e impagable para las publicaciones de Arquitectura., Diseño y Arte. A propósito de libros, en la mañana de un domingo, me encuentro en Corrientes, al lado de libros Hernández que está inexplicablemente cerrado, con el embajador Luis Maira. Lucho no contento de vivir al lado de una Best Séller, hurga profesionalmente los mesones. Dos chilenos, a media mañana, con una librería de Corrientes a su disposición; pueden desestabilizar sus economías domésticas. No hay límite en el dato y de los buenos viniendo de un gran lector como nuestro embajador. Voy despertando frente a la ventanilla donde se pagan los U$ 18, de tasa de embarque. Los largos minutos ya descritos para el trámite de dejar la República Argentina y un vuelo, ahora muy cómodo en el Airbus, me permiten terminar el artículo, mientras deambulo por Playa Amarilla. Urrutia, Lastarria, Pérez Walker, su música, son la magia que nos encienden los recuerdos; que están construidos por lugares y sus gentes. Si perdemos los unos o los otros, nos quedamos sin memoria y patrimonio. Leo las últimas columnas de Gallagher , donde la brevedad no está reñida con la originalidad y la profusión de ideas; por el contrario, casi siempre consigue expresar, con precisión e ingenio, un punto de vista novedoso y a menudo polémico, como diría Vargas Llosa de este otrora profesor de Oxford.

Anónimo dijo...

no se olviden del grupo musical ,que integro kike amenabar con los hermanos jorge y Bernardo herrera fernando subercaseaux y pablo huidobro grupo de gran exito ,en el club de golf los sabados eran noches hasta la madrugada ,kike era el baterista con su bateria slingerland color rojo los dos fender twin reverb de los hermanos herrera y el fender bass man de fernando subercaseaux ,era como escuchar un grupo norteamericano.el cantante y segunda guitarra era jorge herrera el primera guitarra era Bernardo herrera el bajista fernando subercaseaux bateria kike amenabar y al piano pablo huidobro.

A Mi Capitán Luis Rosselot.

“Oh Capitán, mi Capitán", El duro viaje parece concluido, A los lejos se escuchan Ruidos de puerto.... , ...