Escribo
solo para conversar contigo,
y
compartir mis inquietudes sin respuesta,
sobre
lo ahora separa a los chilenos
entre
buenos y malos. Entre ricos y pobres.
Entre
viejos que parecen no ver lo que ocurre,
y
jóvenes que creen
que todo lo que piensan es así,
que todo lo que piensan es así,
sin
mayor análisis ni discusión.
Los
últimos escritos del abogado Carlos Peña,
son
la mejor interpretación que leído
de
las diferencias que siempre existen
entre
las creencias y los pensamientos de las gentes
que
cuanto más confusos están,
parecen más irreconciliables.
parecen más irreconciliables.
Perdóname
si te ofendo sin querer,
al
decirte lo que pienso.
Es
un lugar común pretender que la confianza se gana
cuando
ambas partes en conflicto tienen claro
que sus intereses y los objetivos coinciden.
Porque
nunca coinciden.
Nadie
puede adivinar ni tampoco juzgar,
las
motivaciones e intenciones ajenas.
Lo
que es seguro es que las negociaciones
que
siempre se tienen que dar para vivir en paz,
ahora
mismo, entre chilenos “buenos y malos”
no
pueden resultar bien,
si
ambas partes no entienden
que la otra no está equivocada,
sino que sencillamente es muy distinta
en todo lo que puede ser distinto,
que la otra no está equivocada,
sino que sencillamente es muy distinta
en todo lo que puede ser distinto,
y
no se empeñan en destruirse.
Es
la voluntad de pelear
lo que destruye la convivencia
lo que destruye la convivencia
de
lo distinto.
Un
abrazo,
German
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