Una vez don Guillermo Pollack
inventor de Chile,
como destino de viajes
de calidad mundial,
como destino de viajes
de calidad mundial,
me invito a alojar,
en el Hotel Antumalal de Pucón.
Cuando llegué, venía por una noche
y el me dijo:
y el me dijo:
“…¿Como se va a quedar una noche?
¿ Porque no se queda una semana?,
¿Porque no se queda un mes?
¿Porque no se queda un año?...”
Que lección de hospitalidad!
Me contó que convenció a Catalina su mujer,
de casarse con el, y venirse
desde la República Checa a Pucón,
para evitar la persecución alemana,
y porque en el volcán Villarrica se podía esquiar.
Cuando ella llegó desde Argentina,
al hotel de madera -creo que el Gudenschwager-
que don Guillermo acaba de comprar,
era de noche y se puso a llorar.
Y don Guillermo la consoló diciéndole,
“¡espera que amanezca!”
La Sra. Catalina hacía el jardín,
su hijo Pedro administraba el Hotel,
y su hija Rony una verdadera artista,
entre muchas otras cosas que hizo,
pintó las telas que todavía se usan.
un abrazo,
Germán
No hay comentarios.:
Publicar un comentario