La observación y el disfrute de la luz en arquitectura
Fotografiando la luz y la sombra
Siempre me ha maravillado observar una estancia modesta -cocina, una despensa, un baño,..- que, con una pequeña ventana, puede parecer más luminosa que una sala grande con ventanales del suelo al techo.
El espacio necesita del vacío para manifestarse. No es la cinta métrica, si no el tiempo -para recorrerlo-, el que nos hace apreciarlo. Con la luz pasa lo mismo: es gracias a la sombra, a la oscuridad, al contraste, que la luz luce.
La percepción humana no tiene nada que ver con las medidas del fotómetro. Las cuestiones que me interesan en arquitectura no son numéricas, ni mesurables.
Por ello, la lenta transformación continua que los espacios expresan gracias a la luz y sus cambios, se puede favorecer con filtros de la luz, que a menudo son elementos menores, diríamos secundarios, como pérgolas, porches, toldos, cortinas, voladizos,… además de la jardinería, por supuesto.
Estas son imágenes de obras mías, con luz natural que me gusta. Las he elegido para ilustrar los artículos, siguiendo el criterio de acusar la importancia que para mí tienen dos elementos en el tratamiento de la luz.
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