martes, 24 de noviembre de 2009

Somos Creativos, No Creadores.










































Sergio,

Pienso que no somos creadores,
A lo más somos creativos,
Todo está creado,
No podemos crear nada nuevo,
Pero podemos mirar con ojos nuevos
Las mismas cosas de siempre,
Y descubrir nuevas relaciones entre ellas
O aquello que está oculto u olvidado.

La cultura, es la mirada nueva
Que cultivamos entre todos,
Para olvidar la propia esencia,
Y compartir con los demás,
La dura tarea de sobrevivir,
Dándole a la vida una perspectiva:
Un más allá Fecundo.

Me temo, que si uno pretende ser
Fiel a la propia esencia,
En vez de salir e interesarse como niño
Con lo que pasa afuera,
Se mira el ombligo buscando
Lo que le pasa adentro.

La propia esencia sólo existe
Cuando uno se olvida de ella.
Es como la felicidad.
El que la busca, no la encuentra.
Por eso, la creatividad trabaja
Con las oportunidades,
Que para enredar la esperanza
Se disfrazan de aparentes pies forzados.

Un abrazo,

Germán

jueves, 3 de septiembre de 2009

Patagonia Chilena Abierta.









Foto Macduff Everton






















Foto Guy Wenborne





Patagonia Chilena.

Mi primer contacto con la Patagonia fueron historias de coraje y resistencia.
Magallanes, que acuchilló en cubierta a 3 oficiales que se le revelaron en la bahía de Santa Cruz, antes de descubrir el estrecho, y morir después en una tonta escaramuza en las islas de las especias.

O el viaje en bote, a través del mar de Wedell de Sir Ernest Shackelton, para buscar ayuda y rescatar a la tripulación del Endurance que encalló en los hielos, lo que finalmente logró un año y medio después con el Piloto Pardo en la Yelcho. No cumplió su sueño de llegar al Polo Sur, pero volvió con su tripulación sana y salva. Su mujer cuenta que Shackelton no le comentó nada del viaje hasta que un día la miro y le dijo de repente: “Más vale un burro vivo, que un león muerto”.

O los maravillosos cuentos de Coloane, Chatwin, Hudson, los restos de piel de milodón que encontró el capitán Eberhart cuyo nieto sigue viviendo en la Estancia Villa Luisa. O los testimonios de vida entre los últimos Onas y Yámanas, del Padre Martín Gusinde, y del misionero anglicano Lucas Bridge, que les permitió vivir en Harberton, su Estancia cerca de Ushuaia, etc.

Cuando joven recorrí con amigos casi todo Chile entre Arica y Chiloé, a dedo, en tren, muchas veces a pie. Pero no tenía plata para llegar a Patagonia, de la que sabía por don Carlos Stuven, que en los años 60 llevaba a su familia a pescar al que ahora es el Parque Nacional Torres del Paine. Contaba por ejemplo, que una vez acampando a orillas del rio tuvo que quemar un puesto para no congelarse.

En 1988, Ladeco una línea aérea chilena, nos encargó remodelar la Hostería Wala en la Isla Navarino, donde pasamos el verano arreglándola con un grupo de maestros, conociendo navegantes aventureros e historias de travesías y naufragios en el Cabo de Hornos. Y su faro que centellea en el fin de América.

Después de la inauguración de la hostería fuimos a conocer Torres del Paine. Fue entonces que descubrí la Patagonia chilena, vasta, a veces verde, otras montañosa y nevada, sola o dispersamente habitada. Una verdadera reserva mundial de belleza natural y cultural casi intocada, entonces sin hoteles ni turistas. A La vuelta, le propuse a José Luis Ibáñez S.M. que Ladeco hiciera un hotel allí, pero él dijo, “¿Porqué no propones mejor un proyecto de viajes al sur de América?

En un viaje en avión chico a Puerto Williams escribí de corrido los fundamentos del proyecto de viajes que después llamé explora, tal vez como hago también ahora, para capear mejor las turbulencias.

En medio de la crisis de la uva de 1989, José Luis Ibáñez S.M. me presentó a su hermano Pedro, quien llevó adelante la idea con mucha habilidad y medios. Y un equipo de conocedores de la riqueza del país como Carlos Aldunate, Luis Osvaldo de Castro, Jorge Schmidt, por nombrar a quienes viajamos muchas veces para comprobar que en Patagonia se puede pasear a gusto al aire libre todo el año -en ese tiempo Torres del Paine se cerraba el 1 de marzo y se abría el 1 de diciembre de cada año-, y probar los paseos que después ofreceríamos a las visitas del hotel, con el conocimiento y el entusiasmo que solo dan las experiencias de primera mano.

El año 1993 con el hotel explora, la Patagonia chilena se abrió al mundo de los viajes de exploración de lujo. Y llamo lujo al privilegio de tener por ejemplo, una conversación sin importancia, o reírse con gente que uno no conoce. Estar en un silencio no interrumpido. O gozar de espacios abiertos amplios y sin cercos, y sentir que el tiempo está disponible en plenitud para hacer lo que uno cree.

Si el tiempo solo existe en relación con el espacio y la velocidad (V=E/T), para alargar la sensación de tiempo, tal vez haya que bajar la velocidad caminando, o andando a caballo, en bicicleta o en bote, y aumentar el espacio disponible hasta que sea una inmensidad.

En el año 2006, el Hotel Remota enriqueció a la Patagonia chilena como un destino mundial de viajes abierto en plenitud todo el año, porque combinó la experiencia de la naturaleza brutal de Torres del Paine, con la cultura viva de un puerto pesquero chico como Puerto Natales, de las estancias y sus parques centenarios, y el trabajo en sus corrales, sus bodegas, y en el campo.

Una noche hace años en la casa de Horacio Serrano en la Hacienda Los Remolinos, aprendí que la falta de cosas esperadas hacía aparecer bienes inesperados. Que la falta de luz eléctrica creaba proximidad, conversación, y mostraba la oscuridad de la noche. Y que otras como el agua caliente, la leche, o el pan, todavía mantenían la relación con su origen en el horno, la vaca, o el fuego que se hacía cada mañana debajo del tambor. El campo parecía salvaje, inculto, un poco abandonado a su suerte. Quizá, el fervor no se enseña haciendo producir un campo, sino haciendo fervorosamente hasta lo más sencillo que nos toca hacer para que adquiera un sentido en la existencia.

En un viaje a Chile, el Secretario de Estado Norteamericano George Schultz visitó el Hotel Antumalal de Pucón, invitado por don Guillermo Pollack quien viéndolo incapaz de desconectarse de sus tareas tan importantes para apreciar el lugar que la arquitectura hacía aparecer en todo su esplendor, le dijo: “Mr. Schultz, le voy a hacer el mejor regalo que puedo hacerle. ¿No sé por cuánto tiempo Ud. podrá aceptarlo? Y le puso una silla en medio del pasto mirando hacia el lago Villarrica. Y me contó don Guillermo, que Schultz estuvo sentado inmóvil por lo menos quince o veinte minutos.


Germán del Sol
Septiembre de 2015

Bicentenario, ¿De Qué?


Foto de Toni Pericó.
Santiago, 3 de Septiembre de 2009

Para un arquitecto que hace obras con la riqueza natural y cultural
que se descubre en todo momento y lugar si uno observa con cuidado,
el pasado que cuenta no es tanto el histórico,
como el pasado que todavía tenemos presente hoy.

Pero como cada cultura sólo ve del presente lo que cree,
si por admiración o por ignorancia muchos chilenos creen
que sólo es parte de nuestra historia la época republicana,
tal vez haya que mostrarles nuestra larga historia artística,
celebrando no doscientos, sino quizá ocho mil años.

Tal vez, nuestras raíces no están en Europa
como nos enseñaron,
o en el aire como dicen otros,
Quizá no seamos periferia,
ni estemos lejos de otra parte,
como se repite tanto.
Nos sentimos un país remoto.
Pero nuestras raíces son largas,
y están el sur de América,
e incluyen hasta donde yo sé,
desde la cultura Chinchorro hasta la actual.

Nuestra cultura ha sido fecundada
por el encuentro con muchas otras.
Entre ellas por el encuentro con Europa,
que les dio a los indígenas ensimismados
a lo mejor por la vastedad del continente,
un mundo más amplio y diverso.
Y un orden apropiado para la vida moderna,
con la que nuestra cultura a lo mejor se encontró sin buscarla.
Inspirada como estaba por ideas de la revolución francesa,
y de la independencia norteamericana.
Olvidando de paso sus raíces indígenas.
Las bien llamadas culturas originales,
porque conectan nuestra cultura
con su origen americano.

Si nuestras raíces ahora están en el aire,
es tal vez por ese olvido
que trae el entusiasmo por el cambio.
Que debió ser momentáneo,
pero pasaron 200 años.
No se trata de cambiar este olvido por otro.
No somos algunos los chilenos,
y los otros pueblos originarios,
como pretenden algunos,
sino una mezcla fecunda de todos los que viven aqui,
o por aqui han pasado.

La celebración del Bicentenario tal como está planteada,
ofende a los que se sienten originarios
aunque no lo sean tanto.
Es tan violento que a uno no lo reconozcan en su país
por cerrazón cultural,
como puede pasarle a un continental en la Isla de Pascua,
como por ignorancia,
como le pasa a los mapuches
en el país cultural que es Chile,
donde tal vez los desconocemos,
porque no somos capaces de aceptarlos como extraños.

Germán del Sol
arquitecto

jueves, 6 de agosto de 2009

Sólo Conocemos Lo Que Nos Ofrece Resistencia.






















Quebrada Seca Guy Wenborne
Querido amigo,

Creo, que las dificultades tal vez tienen sentido,
porque en la vida solo se conoce,
aquello que ofrece resistencia.
Incluso el viento y los sentimientos,
que son invisibles

El agua y la arena,
se resisten a conservar
la memoria del molde,
o el hormigón que cuando fragua
se resiste a cambiarla.

La vastedad de la mar
o de un dolor,
que se resisten a ser medidos.

El tiempo que se resiste a ser por sí mismo
y solo es en el reloj,
o en su reflejo en el polvo de una ventana,
en la sugerente terquedad de una ruina
o en las arrugas de una cara.

O el silencio, que se resiste a ser atrapado.
Se puede oír la música
porque hay silencios entre las notas,
que ser resisten a sonar,
y las separan.

O el corazón que se resiste a abandonar
una pasión, un verso, una sonrisa,
una fuga, o una flor.

O el amor y la inteligencia
que tal vez son,
la resistencia de la vida a la fealdad
y a la indiferencia.

Solo pasando calor tal vez,
se conozca el frescor del agua,
o de una buena sombra;
con hambre y frío qué bueno es el pan ,
y el abrigo anonimo de la caridad.
En la soledad uno se conoce a sí mismo,
y descubre si entonces tiene algún amigo.

Cuando Amundsen y sus compañeros
son los primeros en llegar al Polo Sur,
el les dice, .."No tengo pensamientos
muy profundos que compartir con Uds.,
excepto que ahora siento
lo importante que es estar vivos".

Un abrazo,

Germán

jueves, 9 de julio de 2009

La Ciudad No Es Su Espacio Físico.


Cartas al Director
Diario "El Mercurio" de Santiago

Santiago, 3 de Julio de 2009

Sr. Director,

Tal vez la calidad de la vida en la ciudad
más que depender de las cualidades de su espacio físico,
depende del modo de convivir en sociedad de una cultura
en un momento y lugar.

La ciudad es la consecuencia de los acuerdos tácitos
que se toman antes de que la arquitectura y el urbanismo
construyan la ciudad que uno puede ver.

Antes del urbanismo, es necesaria la urbanidad.
La cultura de vivir bien en la ciudad.
Amando lo extraño que la ciudad acerca.

Para hacer buenas obras públicas,
hay que querer a la ciudad.
Hay que hacer las obras con fervor.
Y después hay que cuidarlas.

Todo bien dificil para nosotros,
que no entendemos el espacio público
como la riqueza común,
sino como tierra de nadie
aparentemente disponible para ser arrasada.

Germán.

martes, 7 de julio de 2009

Una Casa Para Chile.


A pesar de lo que dice un "Un Techo Para Chile",
y para vergüenza mía y tal vez de muchos chilenos,
no llegaremos al 2010 sin campamentos.
Sólo en Lo Barnechea quedan cuatro mil familias
que viven junto al río Mapocho,
sin agua potable ni alcantarillado.

No debemos esperar nunca que la caridad pública,
reemplace a nuestras instituciones.
Ellas son las responsables
de que entre otros bienes indispensables para vivir,
todos tengan acceso a una casa digna.
Y llamo digna a una casa
que refleja el esplendor de la existencia de cada uno,
y no sus miserias.

Una casa digna debería ser un privilegio
que cada uno se gana por ser chileno.
Y no un regalo que recibe sin condiciones,
porque es la respuesta caritativa a una emergencia.
Un pedido de socorro debe ser corto.
Esta carta es corta.
Y está escrita con buena intención.
Que sea atendida no depende de mí
sino de todos.
Uno solo no hace nada.
Piensa.
Germán del Sol

La Ciudad No Es Su Espacio Físico.

Creo que no hay que confundir a la ciudad
con su espacio físico.

La ciudad es una cultura invisible,
que aparece antes que la arquitectura y el urbanismo,
hagan la ciudad que todos vemos.

Antes del urbanismo, es necesaria la urbanidad.
La cultura de vivir bien en la ciudad.
Amando lo extraño que la ciudad acerca.

Para hacer buenas obras públicas,
hay que querer a la ciudad.
Hay que hacer las obras con fervor.
Y después hay que cuidarlas.

Todo bien dificil para nosotros,
que no entendemos el espacio público
como la riqueza común,
sino como tierra de nadie
disponible para ser arrasada.

Saludos,

Germán

lunes, 18 de mayo de 2009

Que Puede Significar "Una Arquitectura Sostenible".























































Oh Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura
huyó lo que era firme,
y solamentelo fugitivo permanece y dura.
Francisco de Quevedo.


Estimados amigos,

Quizá, la arquitectura es ecológica,
cuando no se limita a construir
sino que abre en su ambiente natural y cultural
un vacío que es fecundo
porque se llena
con lo que cada persona lleva consigo.

Para nosotros el paisaje es el país.
Una relación cultural
entre las personas y su entorno natural.
No es pura naturaleza,
como cree la ecología profunda.

Tal como en un pic-nic,
uno come lo que lleva,
en el paisaje que lo rodea
cada uno ve lo que lleva consigo.
Quién no distingue un árbol de otro,
solo verá del bosque su masa verde.

Quizá, la arquitectura del sur americano
es de por sí ecológica,
porque trabaja sacándole partido con gracia,
a recursos que son casi siempre escasos.

Tal vez, la arquitectura solo es ecológica,
si hace bien lo que es importante,
para cumplir bien su función,
y no pierde energía inútilmente en alardes.

Tal vez por eso, la arquitectura ecológica puede mostrar,
que la belleza es el mayor de los lujos, y no cuesta plata.
Sólo requiere que uno trabaje con cuidado.
Y de esos cuidados gratuitos que prestamos a las cosas,
nacen la belleza y la gracia.

Es ecológico construir menos y ofrecer más.
Hacer que lo importante aparezca como un privilegio.
Y que lo que no es importante desaparezca.

Que la uno se detenga
a gozar de ese silencio sugerente,
que llena el vacío creado por la arquitectura,
con las cosas que le importan.
Sin los estímulos que lo distraen en la ciudad.

Que uno disfrute de la cultura de la gente
que ha vivido feliz en los lugares mas duros,
con mas ingenio que medios.

En Chile el rascacielos más alto es la torre Titanium.
Y consiguió un sello verde como si fuera ecológica.
Que puede tener de ecológico un rascacielos
que resulta innecesario en un país
donde sobra y nos gusta el suelo.

Saludos,

Germán

miércoles, 15 de abril de 2009

Algunas Cosas Que Me Enseñaron Y Me Sirven.


















Hernán Suarez "Movimiento"











Queridos amigos y arquitectos,

Les agradezco mucho la invitación.

Sé que es más difícil escuchar que hablar,
y sobre todo encontrar algún aporte
entre las ideas que les voy a contar.

No vengo a hablar de mis obras,
sino de aquello que me enseñaron,
y que me ha servido para hacerlas.

Creo, que me enseñaron a pensar en abstracto
de una manera ordenada,
más que transmitirme las destrezas u oficios,
que aprendí y perfeccioné con la práctica.

A pensar, y también a hacer caso a los sentimientos,
para comprender lo que en cada momento nos pide la vida.
Y para responder a los cambios,
con las certezas relativas de la arquitectura,
como son el plano horizontal de una plaza,
o la línea recta de un muro.

Tal vez, una característica de la condición humana
es que somos enseñados por otros,
que a su vez han sido enseñados por otros.

Pero también, que somos enseñados sin querer.
Cuando uno es joven quiere aprender fácilmente,
porque no se da cuenta
de que uno sólo conoce aquello
que le opone resistencia.

Tal vez, solo pasando bastante calor
se conoce el frescor del agua
de una buena sombra,
pasando hambre y frío, se conoce el sabor del pan
y la protección de un buen abrigo,
sintiendo soledad, uno se conoce a sí mismo,
y descubre si tiene algún amigo.

El amor y la inteligencia, son la resistencia
que la vida pone a la indiferencia.

Tal vez, sólo dibujando y dibujando,
muchas horas sin parar,
probando y probando soluciones favorables
y siempre orientadas a la idea central del proyecto,
sin temor a equivocarse,
pero sin apegarse tampoco a antiguos aciertos,
solo así uno vence la inercia de la hoja en blanco,
y se inicia el camino que es el proyecto.

Todo lo que pasa después son las consecuencias
de empezar errando,
para luego corregir y corregir
hasta lograr reunir las ideas,
en algo mayor que es el todo de un proyecto,
como quien rodea sus vacas
y las lleva hasta el corral.

Quizá, los poetas que he leído,
y que yo digo a mis alumnos que son mis amigos,
me enseñaron a estar abierto a trabajar,
con todo lo bueno que haya disponible.
Sin echar de menos lo que falta.

Y a ver oportunidades, donde otros ven obstáculos.
…“Tomaré agua si me ofrecen agua,
Tomaré vino, si me ofrecen vino”…,
dice el poeta chileno Jorge Teillier.

Tal vez no fue la escuela sino mi abuela,
como le llamo no sólo a mi abuela
sino a lo que me queda rondando,
de lo que dicen las personas que conozco,
los libros que leí,
o la Barcelona en la que viví.
Todas las que me expusieron a la belleza,
de las personas y las cosas tal como son.
Y me mostraron también que si uno las mira con afecto,
las ve no sólo como son, sino también como no son.

La belleza de Barcelona o Nueva York,
aparece en el afecto de sus habitantes.

A mirar se aprende, mirando.
Pero primero alguien tiene que mostrarle
los hecho humanos y las cosas,
con su nombre preciso
que las separa unas de otras y las saca
del conjunto inefable que es la ignorancia.


Mirando los objetos de la cultura material,
las costumbres y los ritos
de casi todos los pueblos que conozco,
aprendí que el hombre y la mujer buscan un más allá,
que trascienda el puro sobrevivir.

Tradición no es sólo cuidar los objetos
y los ritos de nuestros pueblos,
sino cuidar de que el trabajo se haga ahora
con el mismo el fervor de antes.

Tradición es cuidar el espíritu con que están hechas,
y no la pura apariencia de las cosas.
En Chile es tradición hacer mucho con poco
con más ingenio que medios.
Eso diría yo que es el espíritu de la arquitectura
sostenible, verde, o ecológica.

Es nuestra tradición negociar y adaptarse
para sobrevivir a los cambios,
lo que ahora llamaríamos resiliencia,
o no contentarse nunca con el mínimo,
y buscar siempre algo más
que lo indispensable para sobrevivir,
que revele la dignidad de la existencia.

La tradición nos enseña,
que el arte transforma el barro que recibe
en oro que da.

La cultura americana hace soñar por ejemplo,
y aunque uno no llegue nunca a serlo,
con tejedores que siempre aciertan el color de la hilada,
con alfareros que celebran la vida en cada pieza que hacen;
con hortelanos que se distribuyen sin pelear el agua,
con las manos pacientes de artesanos,
con albañiles de paredes arrugadas
que reciben el polvo como un regalo,
o con constructores de penumbras donde la vista descansa,
entre sombras luminosas y vibrantes;
con poner bancos asoleados en el patio para el frío del invierno,
o construir plazas vacías separadas por muros temblorosos de barro,
del resto de las cosas, naturales e inertes.

Un profesor nos dijo una vez, que no hay nada que inventar.
Que en arquitectura todo está inventado.
Tal vez, así aprendimos a no buscar la permanente innovación,
sino a volver atrás a los orígenes tanto como se pueda,
para hacer las cosas de nuevo un poco mejor.

Aprendimos a no ser creadores
sino descubridores de un arte
que está oculto u olvidado,
en la cultura de cada lugar
que se podría llamar el país,
y en su relación con la naturaleza.
Conjunto que llamaría paisaje.
Y que de buenas a primeras no se ve,
porque la buena arquitectura es invisible,
no está en la forma, sino en el contenido,
que sugiere lo que no vemos ni podemos nombrar,
las cosas queridas u olvidadas,
los sueños posibles e imposibles,
las cosas imaginadas o temidas.
Es el lugar al que miramos con esperanza
cuando estamos distraídos o apenados.

Sugerencias que pueden llenar el cubo vacío,
que refleja la existencia actual.

Hacer que allí aparezcan,
el misterio que existe y que no se ve,
las cosas importantes de la vida, por ejemplo,
el silencio no interrumpido,
el canto de pájaros al amanecer,
un ambiente dedicado al trabajo,
a la oración recogida;el frío de una sombra,
los pasos, o la voz,
de las personas que uno quiere...

Después de aprender a maravillarse con estas cosas,
uno puede tratar de hacer lo mismo de nuevo, y de otro modo.
Verá gracia en la forma imprecisa de las construcciones precarias.
Y tal vez, entenderá que todo lo que parece frágil e inconcluso,
esta abierto y llena de potencial para ser fecundado
por lo que la vida trae con el tiempo, y los cambios.

Podríamos haber recibido un mundo urbanizado,
con calles plazas y casas.
Pero el creador dejó su obra inconclusa,
para que los hombres y mujeres la termináramos entre todos.
Para que cultiváramos la tierra,
que es lo más propio de la condición humana.

La arquitectura es cultural porque cultiva,
es decir transforma la naturaleza,
que no tiene un fin en si misma,
como creen algunos fundamentalistas de la ecología,
en un lugar fecundo para vivir.

Paraíso, en griego significa, jardín plantado.
Quizá, la buena arquitectura no requiere que todo sea bueno.
Me enseñaron a darle a cada obra un privilegio.
A jugarme en lo que en cada caso importa más,
y a confiar en que los demás harán el resto.

Aprendí también, que la arquitectura
no debe confundir nunca lo importante con lo urgente:
es urgente hacer casas,
pero lo importante es que para cada uno,
su casa sea un palacio de esperanzas.

La buena arquitectura que no cuesta más dinero,
aporta la belleza que humaniza las cosas,
y despierta en nosotros el más allá invisible
de las esperanzas y los sueños.
Para vivir no se necesita solo un resguardo
de la lluvia, el barro, el frío,
sino también la gracia
que da vida a los materiales y las cosas inertes.
Todos buscamos trascender aunque sea modestamente,
la dura tarea de sobrevivir.

La belleza no es decorativa ni glamorosa,
sino una sintonía o complicidad
que muestra el lado bueno de las personas y las cosas.
La belleza es tan necesaria como el pan para vivir
porque es un destello de la creación
de la que todos somos parte;
nos enseña a vivir mejor la vida,
y conmueve el corazón
del salvaje que todos llevamos dentro.


He contado estas experiencias,para saber si Uds. sienten lo mismo,
porque yo no estoy muy seguro de nada,
y por eso me juego entre luces y sombras,
pero con esperanza,
y mi mejor momento es el alba,
cuando la vida late esperando la luz,
y esta todo por verse,

Muchas gracias,
Y que Dios los bendiga.

Germán del Sol
Arquitecto
27 de Diciembre de 2018





martes, 6 de enero de 2009

Rascacielos Verdaderos.











Verdaderos rascacielos.




Menos es Menos.



Algunos arquitectos prefieren no templar la luz,
tal vez porque no saben hacerlo.
Tampoco reconocen que la palabra escrita sirve
para darle vueltas y mas vueltas a las ideas,
y no quedarse pegado en "menos es más".

Cuando la zorra no alcanzó las uvas del parrón,
concluyó que estaban verdes.

Germán del Sol
Enero 2009


Para que sirve la palabra escrita?
Para hacerse dueño de las ideas
por su comprensión....

Hay algunos arquitectos que,
como no saben hacerlo,
piensan que no hay que controlar la luz.

Cuando la zorra no alcanzó las uvas del parron,
concluyó que estaban verdes.

Un abrazo,

Germán

A Mi Capitán Luis Rosselot.

“Oh Capitán, mi Capitán", El duro viaje parece concluido, A los lejos se escuchan Ruidos de puerto.... , ...