jueves, 3 de septiembre de 2009

Bicentenario, ¿De Qué?


Foto de Toni Pericó.
Santiago, 3 de Septiembre de 2009

Para un arquitecto que hace obras con la riqueza natural y cultural
que se descubre en todo momento y lugar si uno observa con cuidado,
el pasado que cuenta no es tanto el histórico,
como el pasado que todavía tenemos presente hoy.

Pero como cada cultura sólo ve del presente lo que cree,
si por admiración o por ignorancia muchos chilenos creen
que sólo es parte de nuestra historia la época republicana,
tal vez haya que mostrarles nuestra larga historia artística,
celebrando no doscientos, sino quizá ocho mil años.

Tal vez, nuestras raíces no están en Europa
como nos enseñaron,
o en el aire como dicen otros,
Quizá no seamos periferia,
ni estemos lejos de otra parte,
como se repite tanto.
Nos sentimos un país remoto.
Pero nuestras raíces son largas,
y están el sur de América,
e incluyen hasta donde yo sé,
desde la cultura Chinchorro hasta la actual.

Nuestra cultura ha sido fecundada
por el encuentro con muchas otras.
Entre ellas por el encuentro con Europa,
que les dio a los indígenas ensimismados
a lo mejor por la vastedad del continente,
un mundo más amplio y diverso.
Y un orden apropiado para la vida moderna,
con la que nuestra cultura a lo mejor se encontró sin buscarla.
Inspirada como estaba por ideas de la revolución francesa,
y de la independencia norteamericana.
Olvidando de paso sus raíces indígenas.
Las bien llamadas culturas originales,
porque conectan nuestra cultura
con su origen americano.

Si nuestras raíces ahora están en el aire,
es tal vez por ese olvido
que trae el entusiasmo por el cambio.
Que debió ser momentáneo,
pero pasaron 200 años.
No se trata de cambiar este olvido por otro.
No somos algunos los chilenos,
y los otros pueblos originarios,
como pretenden algunos,
sino una mezcla fecunda de todos los que viven aqui,
o por aqui han pasado.

La celebración del Bicentenario tal como está planteada,
ofende a los que se sienten originarios
aunque no lo sean tanto.
Es tan violento que a uno no lo reconozcan en su país
por cerrazón cultural,
como puede pasarle a un continental en la Isla de Pascua,
como por ignorancia,
como le pasa a los mapuches
en el país cultural que es Chile,
donde tal vez los desconocemos,
porque no somos capaces de aceptarlos como extraños.

Germán del Sol
arquitecto

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