Mi
tan querida,
linda
preciosa.
Eres,
una
mujer dulce
que
inspira ternura.
Y
en las malas exigente
como
mi madre,
mi
abuela, y yo mismo:
los que no estamos contentos
con
el mínimo.
Una
familia verde oliva:
“Tu
no tienes la culpa mi amor,
de
que el mundo sea tan feo”,
dice
la canción de Manu Chao.
Tu
no tienes la culpa,
De
que seamos así,
exigentes,
y mateos.
Nadie
tiene la culpa.
Y
si alguien la tiene
la
tengo yo, no tú.
¿Cómo
reconocernos?
¿Cómo aceptarnos?
Y esperar que nada
sea
perfecto.
Ni
mucho menos.
Imagínate
que Dios
mandó
a su hijo.
Y
lo mataron.
Los
mismos hombres que él creó,
lo
rechazaron;
Y
él, todopoderoso,
sigue
esperando
que
lo quieran.
Como
cualquiera de nosotros.
Como
un ser humano.
No
solo como humano.
Porque
la vida es la consecuencia
del
amor o de la inteligencia;
o de la belleza de la materia,
que
apenas se junta busca modos
de
ponerse de acuerdo y organizarse,
y
a punta de fracasos
y
de fallar en un 99 por ciento
de
los intentos,
una
vez por ciento tiene éxito y crece….
Pero
su naturaleza es crecer
y
después morir.
para
dejar que otras vidas
se
sucedan.
Porque
la vida no es
un
acontecimiento individual
como
enseñan los católicos:
una
tabla de salvación
uno
por uno.
Sino
un camino como una posta,
donde
el palo
lo
tiene un rato cada uno.
No
existe una vida humana
cuyo
destino, su éxito,
y
su fracaso sean suyos.
La
vida personal de cada uno
es
un fata morgana:
un
espejismo:
nadie
alcanza su plenitud,
ni fracasa, solo.
Lo
que nos falta ahora no es crecer,
sino
madurar.
Madurar
significa parar de crecer
y
no depender de ningún factor externo.
Crecer,
crecer y crecer
es
lo que hicieron los dinosaurios.
Hasta
que el cuerpo les quedo grande
el
cerebro chico,
y la comida escasa.
Los únicos sobrevivientes
Fueron los ratones.
Telares de la cultura Wari, que en Aymará significa vicuña.
Aquí,
además de mejorar la vida,
ha
crecido sobretodo la codicia.
Y
la pobreza, que más que no tener nada,
es
tener siempre menos de lo que se
nos
ofrece y se nos hace desear;
La
promoción inmoral de la envidia,
y
el torpe deseo de ser más que los demás.
Lo
que justifica el robo general,
que
para peor, empieza por arriba.
A
mi juicio,
La
gente está cabreada y reclama,
porque
la sociedad de consumo
no
cumplió con su promesa implícita,
de
que junto con el crecimiento del dinero
Iba
a llegar la felicidad,
con
televisión a color,
lavadora
y secadora,
el
auto –era lo principal-
y
los computadores, los I Phones, la internet.
Y
el Facebook e Instagram,
para
vivir en función de las apariencias,
no
de que lo que uno vive,
sino
de que los otros sepan.
Y
ahora viene la domótica….
para
estar en todas partes a la vez,
Y
la inteligencia artificial.
Como
si pudiera haber una inteligencia
que
fuera artificial: la inteligencia,
es
la capacidad de comprender
lo
que no se sabe,
lo
imprevisible, lo absurdo,
el
más allá que desde el más acá
no
se puede imaginar:
para
eso está el arte,
que
como dice Picasso,
“es
una mentira
que
es capaz de revelar una verdad”
La
inteligencia es el arte
de
arriesgarse y elegir a veces,
caminos
que no son los más convenientes.
¿Cómo
podría una computadora arriesgarse?
¿Tener
intuición?, o mas importante,
¿dejarse
llevar por la compasión?
¿Cómo
podría fallar, darse cuenta más tarde,
corregir
y comprender algo nuevo de eso?
¿Cómo
podría saltarse los pasos
y
tomar por intuición un atajo?
Y
los hijos hechos a nuestro antojo,
para
que no sean feos como me dijo
la
abuela de un niño con Síndrome de Down.
Y
los robots que van a reemplazarnos a todos,
¿De
que serviría vivir, sino hay vida?
Los
católicos creen que Dios se hizo hombre;
¿es
que ahora creemos que los hombres
se
van a convertir en dioses?
Me
temo que te di la lata.
Y
que no vas a leer este cuento,
que
se me ocurrió leyendo
una
entrevista a un empresario,
en
La Tercera del Domingo pasado.
Es
demasiado simple:
sabe
mucho de lo que sabe,
pero
confunde su interés con la filosofía,
que
es el arte común de vivir bien.
Le
deseo que haga plata,
y
que deje que los filósofos
y
los artistas piensen en lo demás.
“Donde
hay belleza,
No
puede haber utilidad”,
dice
Miguel Angel, (un gran Italiano)
Un
abrazo querida mia,
German
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