sábado, 7 de junio de 2014

Todo Pasa. Todo Queda.





Me contaron en Fortaleza, Brasil,
que las dunas de la playa
taparon la iglesia colonial de un pueblo.
Con el tiempo la duna pasó,
y la iglesia quedó,
y se pudo volver a usar.

Todo pasa, pero todo queda.










4 comentarios:

Christian dijo...

y la identidad, ¿está más cerca de ser iglesia o ser duna?

German del Sol dijo...

Christian, la identidad es lo que queda al final cuando las cosas se retiran: el perfume que diría Godofredo iommi.
Pienso.

Christian dijo...

Germán. Primero gracias por responder. Ahora, muchas veces, se habla de la identidad como algo completamente dinámico, especialmente en las ciencias sociales, un constructo en permanente cambio. Si bien comparto tu visión de identidad en cuanto a lo que perdura, también tiene cierta condición de perpetuo, como las ruinas, que a pesar de que las civilizaciones que las habitaron ya no están, se ''retiraron'', siguen ahí como vestigio de que alguna vez estuvieron, como el perfume. Que piensas de acerca de esta especia de dicotomía conceptual.

Estanislao Garuma dijo...

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