lunes, 16 de mayo de 2011

Paris.

















Fotos de Paula Montero y Germán del Sol.

Ojalá me entiendan este resumen que hicimos,
para agradecer a mis amigos Francoise y Francois Lemarchand
un precioso regalo francés:
esos planos enormes de maicillo,
ordenados geométricamente
con macizos de boj e hileras de plátanos orientales,
abiertos generosamente;




















un espacio público no privatizado por rejas, guardias,
ni publicidad comercial,
donde uno puede tomar, fumar, y conversar a cualquier hora
en la vereda de un bar,
aunque llueva un poco,
mezclado en una multitud anónima vestida de negro,
o caminar tomado de la mano de quien uno quiera
por la orilla adoquinada del Sena
sin barandillas ni rejas,
















la hermosa amistad de sus amigos Bergitt y Christián,
y sus cantos rituales tan primitivos y frescos,
el queso fresco de ovejas de Córcega,
los vinos sabrosos y suaves,
el gusto de comer con ellos,
y caminar por Versalles
en fin,


















los mejores recuerdos
de momentos felices que uno atesora,
porque esa es la felicidad,
no creen?


























Igual vuelvo feliz a Santiago,
aunque esta ciudad sea todo lo contrario,
y vaya en camino de convertirse en Barcelona,
una ciudad de gente apurada y poco amable
llena de autos y de ruido,
donde los buenos lugares para caminar o andar en bicicleta
están lejos de la vida diaria, etc,

un abrazo

Germán


Querido Germán,

Siempre regalas palabras sugerentes.
París, Francia. ¡Qué Lugar!
Entre mis mejores recuerdos,
algunos de los más felices se dieron allí.

Andando por París,
viviendo en un departamentito en el Boulevard St. Michel,
con mis hijas hace ahora casi 4 años,
mostrándoles esa ciudad ya para mí muy amada,
que me deslumbró –literalmente-
en mi primera salida de España sin mis padres,
a los 16 años viajando en tren con un gran amigo,
a la que volví otras veces,
y más adelante con Sonia, doblemente enamorado,
en una mini luna de miel
–estaba a punto de acabar el sufrido proyecto fin de carrera-,
y que siempre me extasía.

La verdad es que París es
una de las más completas y maravillosas obras humanas.

Y Francia habría que inventarla si no existiera.

A los 16 años recorrí Normandía con ese amigo,
en una felicidad pura como nunca recuerdo.

Francia es casi es una obsesión;
en 2006 recorrimos deliciosamente lentos el canal du Midi,
en una barcaza,
tomando queso y vino y viendo el cielo y el sol y la luna
a través de la bóveda de los árboles sobre el canal,
y fuimos de noche en bicicleta por los caminos entre los campos,
con Patricia y Helena en esa edad irrepetible para un padre.
En 2008 recorrimos en bici parte del curso de Loira,
en días soleados y lluviosos,
parando en pueblitos llenos de Francia.

La naturaleza civilizada.

Sé que Woody Allen te repele,
pero tienes qué ver su última película, Midnight in Paris.

Es deliciosa. Y una oda a París.

(y él no aparece en la pantalla).

Arquitectura. Un Aporte Al Paisaje.







Viaducto de Millau, obra de Norman Fosters and Partners
Puentes medioevales de ladrillo en Millau, sur de Francia.
Fotos de Paula Montero Ward y Germán del Sol.


















HydroAysen. Oportunidades.














Santiago, 10 de Mayo de 2011

HydroAysén. Oportunidades.

Queridos amigos,

Tengo una idea
que tal vez pueda ayudar entre otras,
a convertir a Hydroaysén
en un aporte al paisaje de Chile.
Y a salir de esta distancia corta
en que parecemos juzgarlo.

Es una parte del proyecto
del que nadie ha dicho nada que yo sepa.
Y que no significa encarecerlo
como pueden temer los empresarios,
(quienes tienen la obligación de cuidar el negocio,
como los demás que sea fecundo para todos).

Si quieren que les vaya bien,
quienes toman iniciativas de esta envergadura,
tienen que convencer a los chilenos.
Me tocó dirigir proyectos en la Araucanía,
Patagonia y Atacama,
en los que también tuve que convencer
a muchos vecinos y autoridades
que en principio se oponían.









En la construcción de las centrales hidroeléctricas,
cinco represas,
y más de mil cuatrocientos kilómetros
de líneas de transmisión de Hydroaysén,
hay obras que mejorarían el entorno donde se ubican,
si se proyectan como un aporte cultural al medio ambiente,
y no como un daño que hay que paliar.
Como tan modestamente les pide la ley.






Quizá, el amor de los chilenos por el territorio
nos impide a veces verlo tal como es.
Es en parte naturaleza brutal,
y en parte un paisaje cultural.
Es decir que se cultiva.













El territorio que habitamos
también en nuestra imaginación
y en nuestros sueños,
incluye la naturaleza pura
que hay que preservar intocada e inculta,
y una parte culta o cultivada que nos cobija,
y que es el paisaje mismo.

Tal vez por eso,
casi nadie ha dicho todavía,
que las obras de infraestructura
asociadas a la construcción de Hydroaysén,
como por ejemplo, los pozos de extracción de áridos,
el relleno de los botaderos,
los caminos, aeródromos y otros servicios para Cochrane,
o los puertos y rampas para Puerto Yungay y Río Bravo, etc.,
son una oportunidad de hacer un aporte al paisaje natural.
Dándole una justa dosis de cuidados a la buena ingeniería,
para que refleje la belleza
que anima a las obras inertes.

Aunque esta idea escandalice
a los partidarios de la Ecología Profunda,
la naturaleza sola no existe.
Sólo existe si alguien la ve.
El paisaje, dice Ortega y Gasset,
es lo que cada uno lleva consigo.
Como un pic-nic.

La energía que se busca en los ríos
es necesaria para mejorar la vida de todos los chilenos.
Para que la producción y el transporte de esa energía
no destruyan por error y para siempre
la belleza de los territorios afectados,
este proyecto debe entenderse
como una obra de ingeniería
que debe formar parte fecunda del paisaje,
como todo buen canal, camino, o puente.



Hace dos mil años
que los chilenos venimos haciendo construcciones
favorables a la vida humana en el paisaje.
Por dar sólo un ejemplo,
la aldea de Tulor
en el oasis de San Pedro de Atacama
tiene dos mil años.
En ellas podemos inspirarnos
para hacer de nuevo obras bien hechas
como las terrazas, pucarás, o caminos del Inca
que hacíamos en los tiempos precolombinos.




Pero, también nuevos puentes
tan generosos como los que hicimos para el ferrocarril,
o los largos canales y acequias
que hicimos para regar los valles centrales,
o los altos muros de adobe
que nos acogen todavía en interiores en penumbras
como los de las iglesias y casas coloniales,
o las leves acequias y molinos de madera,
o los chemamulles y eehues mapuches.

¿Por qué no?

Y no Pienso sólo en el valor incalculable de la belleza,
que nos hace más humanos,
sino también en que hacer las cosas mal
es más caro que hacerlas bien.
Aunque cuesta tanto demostrarlo,
una prueba es Transantiago.

Un abrazo,

Germán

P.D. Descubrimos esta riqueza en potencia con Alicia León R. y Pablo Lamarca R.
durante su proyecto de título en la Escuela de Arquitectura de la U.C. entre 2009 y 2010. Presenté esta idea a HydroAysén en una reunión en 2010.



Hola German,

Que bueno el articulo sobre Hidroaysen.
Luego de ver la descripcion de Paris,
pienso que si las Centrales se hiciesen bien,
estos nuevos lugares podrian pasar a ser
un gran referente para el mundo.
Como dices de la arquitectura precolombina.

Y asi en unos años mas,
se escribiría sobre el cuidado con que se hacen las cosas
en el sur de Chile.
Hay tanto para hacer en torno a esos proyectos,
y podria quedar tan bien hecho!.
Con avenidas y plazas y un lugar para la contemplacion.
Construyendo nuestro paisaje y nuestro patrimonio.

Quizas lo que complica las cosas
es que las obras de arquitectura se viven y se experimentan.
No se prometen.
Una vez que una persona "se siente bien" en un lugar..
entiende todo el sentido de lo que se queria decir.
El por que de las medidas y del espacio que se dibujó.
Habria que poder "construir bien" antes;
algun precedente de algo bueno,
con buenas medidas
y que poco a poco la opinion entienda
que las cosas se pueden hacer con Caleta Tortel
al mismo tiempo que con una Central Hidroelectrica.

Es muy revolucionario y visionario como idea,
y a la vez esta presente en toda nuestra historia,
en los canales y puentes, como dices.

Espero que esta carta de frutos, que de ideas,
y que se desarrollen buenos proyectos.
Que crezca el patrimonio y nuestro paisaje cultural.
Seria tan entretenido que pudieras participar en eso.
Seria un gran aporte.
Harían falta hacer un par de proyectos,
quizá antes de la construccion de las centrales,
que convenzan a las personas de que se trabaja con buenas ideas.

Me parece super entretenido e interesante!

un abrazo

Ali.

A Mi Capitán Luis Rosselot.

“Oh Capitán, mi Capitán", El duro viaje parece concluido, A los lejos se escuchan Ruidos de puerto.... , ...