Hola Pablo,
Me gusta lo que dices,
tu cuento es bueno
incluso si fuera cierto.
La Iglesia en Chépica ha puesto nerviosas
a muchas personas valiosas que con buena fe
piensan que seguir la tradición
es usar el sombrero del abuelo,
y no comprarse uno nuevo
como hacía el.
Nuestro proyecto de la Iglesia de Chépica
no estará en la exposicion que habrá en la próxima Bienal
dedicada a la reconstrucción,
porque segun dijeron dos miembros del jurado
no aporta nada.
Me parece que lo primero que aporta es esperanza.
porque tres meses y medio después del terremoto,
hay un grupo de gente de la comunidad de Chépica organizada,
juntado fondos para este y otros proyectos de recsntrucción,
y tenemos el proyecto de la iglesia listo para cálculo
con el apoyo del cura párroco don Luis Piña,
y del Obispo, que han sido claros y decididos al respecto.
La caja de madera del principito de la que hablas,
contiene todo lo que uno imagina
y que está en potencia:
porque está cerrada excepto
por unos agujeros pequeños
que dejan mirar como a través
de la cerradura de una puerta.
La Caja de madera transparentes
se agotadan de un vistazo,
y a mi gusto hacen la vida imposible
para alguién que no tiene intimidad ninguna,
que vive en un escaparate,
una vitrina de tienda que sirve para mostrar y mostrarse
como algo bueno y deseable,
peor si es la caridad
que solo vale cuando
la mano izquierda no supo
lo que hizo la derecha.
¿y tu que opinas?
un abrazo
German
1 comentario:
Estimado Germán:
No puedo dejar de emocionarme cuando usted plantea este proyecto y hace un esfuerzo por sintetizar a la vez el concepto de cultura y el ejercicio contemporáneo de la Arquitectura . Habemos muchos que ya nos cansó la Arq. de escaparate, siga así. Auténtico.
Saludos.
Gregorio.
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