Casas para emigrantes, Israel.
Me preguntan, ¿qué es para mí una casa o departamento de lujo?
Tal vez, un departamento para ser de lujo tiene que ser una casa.
Tal vez, una casa deba ser siempre un palacio para sus dueños.
Tal vez, un palacio no es más que una casa con un privilegio.
A veces, el privilegio es la vista a la cordillera, o al mar,
o a un grupo de árboles.
Otras veces el privilegio es el sol de la mañana
que entra por la ventana,
o el silencio del barrio que permite el descanso,
o la oscuridad de la noche que deja gozar la noche;
o un vecindario amable lleno de niños que juegan en la calle,
o la cercanía de una plaza, del colegio de los niños, o del trabajo.
Es un privilegio el espacio generoso lleno de rincones
-esos que mi madre dice que no sirven para nada-
los cielos altos de las casas antiguas y de los colegios,
por donde uno vaga cuando esta apenado o distraído,
los tablones de madera del piso y las escaleras,
que crujen con los pasos, o con los cambios de calor,
la lluvia que tararea en las tejuelas de madera,
como dice Neruda, "con su idioma de violín".
Tal vez, son un lujo los espacios luminosos y silenciosos,
casi desnudos de muebles y accesorios,
de algunas obras de arquitectura de la América precolombina,
como las salas exteriores del palacio de Chan-Chan en Perú,
o las salas de juego de pelota de Chichen Itza o de Uxmal, en México,
o la plaza de Chinchero cerca de Cusco, Peru,
o las Plazas de pueblos como Caspana, Toconce o Ayquina, en Chile.
Aunque no se pueda vivir en ellas,
verlas es un placer que invita a soñar con algo mejor,
que tener mas cosas, mas caras, y mas grandes.
Germán del Sol
21 de Agosto de 2007
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